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Mercè Marrero.

Pechos, educación, rapidez y, sobre todo, indiferencia

Huyo de las sentencias taxativas, pero creo que Rigoberta Bandini debió ganar, Rafa Nadal es más educado que Medvedev, la Fiscalía debe ser agilísima y que esta pandemia no nos ha hecho mejores.

Así se vivió la actuación de Rigoberta Bandini en la final del Benidorm Fest desde las gradas

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Así se vivió la actuación de Rigoberta Bandini en la final del Benidorm Fest desde las gradas Mercè Marrero

Conciencia del prójimo y a cuidarnos más. ¿Seguro? La víspera de Sant Sebastià, el fotógrafo René Robert salió a dar una vueltecita nocturna por un barrio Me cuesta ver la vida en blanco o negro y me siento cómoda en las escalas de los grises, pero toda regla tiene sus excepciones. Estos últimos días he sido testigo de algunas situaciones en las que me he decantado por una opción que, claramente, excluía a otra. He elegido blanco y no negro. O viceversa. 

España en Eurovisión. Rigoberta Bandini era la candidata perfecta. Porque es moderna y fresca. Rompe esquemas convencionales y su canción es un homenaje a la maternidad, pegadiza y divertida. Porque habla de Delacroix y de los pechos femeninos sin connotación sexual. Porque su puesta en escena, con una teta de gran diámetro, transmitía cachondeo, que falta nos hace, y porque se atrevió a cantar con un mono apretado color carne por encima de las rodillas, lo que denota un claro pasotismo hacia el postureo. Chanel es lo contrario a lo anterior. En un festival musical y desde una televisión pública, prefiero que este país envíe un mensaje vinculado a la maternidad y a la normalización de la anatomía femenina y no el de una mujer que vuelve loquita a todos los daddies y que siempre está ready para romper caderas y corazones.

La educación de Rafa Nadal. No nombraré sus cualidades deportivas, espíritu de superación, esfuerzo o fortaleza psicológica porque millones de personas ya los han descrito con mucho atino, pero sí me quedo con su educación, contención, humildad, palabras de refuerzo al contrincante y agradecimiento hacia los que forman parte de la organización de cualquier evento. Además, un día me cedió el paso en una calle de Manacor y todavía me enorgullezco de ello. Los valores que transmite en público son constructivos. En el otro extremo, Medvedev y sus gestos mofándose del público o sus rabietas contra el árbitro. 

Investigación a la Iglesia. Esta semana, la Fiscalía General del Estado ha ordenado que se investiguen y remitan en un plazo de diez días los casos de pederastia cometidos en el seno de la Iglesia. Más de 600 casos y miles de víctimas. Niños y niñas sometidos a la violencia, a la humillación y al terror de los abusos sexuales perpetrados por curas y trabajadores seglares de ámbitos religiosos. La primera reacción de la Conferencia Episcopal ha sido sorprenderse por la rapidez de esta orden de la Fiscalía. ¿Rapidez? Ante un abuso, y más si es de una persona vulnerable, hay que volar. Y está claro que, hasta el momento, nadie lo ha hecho. 

Nula empatía. Durante los últimos meses, algunos se han llenado la boca diciendo que esta pandemia nos ha hecho mejores. Que hemos aprendido a ser más generosos, a tomar bien de París. Tropezó y cayó al suelo. Tenía 84 años y no pudo levantarse. Nueve horas más tarde, ahí seguía y acabó muriendo de frío. Ni el hombre que salía del trabajo, ni la mujer que había quedado con una amiga para cenar, el adolescente que iba a la academia de refuerzo de Matemáticas o el turista despistado se dignaron a ofrecer su ayuda. Indiferencia absoluta. Así que, ¿somos o no somos mejores personas? La vida, a veces, es de color blanco o negro.

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