De nuevo 8 de marzo, ¿de qué nos culparán hoy? ¨No olvidar la mascarilla…¨, lo he escrito en mis gafas moradas, las mismas con las que aprendo a mirar a mi alrededor. Y así empiezo el día, pero vuelvo a la pregunta, ¿de qué nos acusaran hoy? Es sencilla la respuesta, y les afecta a muchas, aunque no sean las que encabecen las manifestaciones.

El veredicto, para nosotras, las mujeres, siempre se repite: "Culpables", y lo ratifica la audiencia superior, y lo vociferan los medios de comunicación, mientras comienza el espectáculo y aumenta la audiencia, la misma que es sumisa, ignorante y complaciente.

Algunas ya no pueden sostenerse en pie. No están en las listas de asesinadas, pero no viven. Otras hacen horas y horas en trabajos que no eran los suyos, y que pese a lo que se quiera contar, siguen siendo más duros y peor remunerados, lo que técnicamente definen como "brecha salarial".

Sin independencia económica su fragilidad e indefensión es mayor. Acabaron con los ahorros propios y de sus familiares, con el único fin de defenderles y demostrar la verdad, aquella que gritan, lloran y dibujan sus "criaturas", pero todas las evidencias, y denuncias, son en vano para los que niegan sistemáticamente la violencia machista, y los abusos sexuales cuando el agresor es el padre.

Este negocio es caro, y de él sacan beneficios incluso "los buenos". "Falta perspectiva de género y de infancia en los juzgados españoles", y en todos los alrededores, algo que reconocen abiertamente los jueces que quieren aprender, y se refuerzan en negarlo, los que no e impiden que se investigue.

Faltaría más, "somos el poder" y "la autoridad"… ¿Será que seguimos en una dictadura, solo que judicial? Ya se adelantó Cervantes a prevenirnos contra la Iglesia, tanto que estamos en la cola de atrás en visibilizar a los responsables de los abusos sexuales, y en un silencio sepulcral y vergonzante de los "niños/as" robados/as décadas atrás, con la complicidad papal.

 El daño se cuece lentamente entre las pareces del hogar, es un secreto a voces que a veces se tarda en detectar, y con la venda de la indiferencia cuyo lema es "no meternos en problemas de casa ajena", por más señales que delaten sus frágiles cuerpos y sus asustadizas e inocentes miradas. Esto es la violencia vicaria, y va de la mano, aunque nos disfracemos de democracia, del terrorismo institucional.

 Cuando las madres descubren que su realidad forma parte de las estadísticas que relatan organizaciones expertas como la Fundación ANAR UNICEF, o Save the children, con los escalofriantes datos que demuestran que cada cinco niños dos son abusados sexualmente en España dentro del seno familiar, comienza su peregrinaje...

No hay suficientes páginas en los periódicos para transcribir la crueldad, sadismo y tortura de sus autos y sentencias. No hay cine de terror capaz de guionizar lo que se calla, y aún menos, la falsa manipulación con la que justifican los "arrancamientos".

Algunos con sonido que evidencian la aplicación de síndromes inexistentes en los que basan sus fallos sus señorías, dando credibilidad absoluta a sus equipos psicosociales, expertos en la mafia del falso SAP (Síndrome de Alienación Parental). 

 Debería ser de manual en los primeros años de la carrera de periodismo para explicar lo que no hay que hacer, buscando un mínimo de claridad en los hechos, que solo deja libre a los padres pederastas y evidenciar al sistema que les protege.

En este 8 de marzo me duelen además de las asesinadas, las madres protectoras, algunas ya encarceladas, y en especial sus hijos e hijas "arrancadas" y viviendo con sus violadores. También me hiere la guerra de Ucrania. Ya nos sangraban sus mujeres y el perverso tráfico de bebés permitido por parte de unos, para el deseo de otros, con sus granjas de explotación humana de vientres de alquiler. Y esas otras guerras que, pese a no tener, es cierto, tanta repercusión económica, son la única rutina que conoce la otra mitad del mundo que agoniza en silencio.

 8 de marzo tiene su historia con diferentes fechas y lugares. Primero en 1875 con 120 mujeres "asesinadas" como consecuencia de la brutalidad policial en una manifestación por las calles de Nueva York. Mujeres que buscaban equilibrio salarial con sus compañeros en la fábrica de textil en la que trabajaban. Años después, el 25 de marzo de 1911 la tragedia vuelve a tener los nombres de 146 mujeres en Triangles Shirtwist, ante la imposibilidad de escapar de un incendio en su trabajo. Sus jefes cerraban las puertas de la fábrica de camisas para evitar "robos", y es ese humo violeta de sus cuerpos abrasados que escapaba por las chimeneas el color que identifica hoy el grito de todas, las de antes, y las de ahora, porque no estamos de celebración, nos siguen vejando, ignorando, humillando, esclavizando, torturando, y matando por ser mujeres.

Hay nombres importantes de mujeres socialistas por las que hoy conmemoramos este día. Me gusta especialmente recordar a la feminista rusa Aleksandra Kolontái que logró el voto para la mujer en su país y la legalización del divorcio. Otra realidad tendría la humanidad si ella estuviera viva, y pudiera ocupar el lugar del actual presidente.

En España se comenzó a conmemorar El 8M en 1936, un año antes lo oficializó la ONU como el Día Internacional de la Mujer.

Hoy la ONU, con sus ocho expertos en Derechos Humanos, encabezados por Reem Alsalem, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias; el Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas formado por Melissa Upreti (presidenta), Dorothy Estrada Tanck (vicepresidenta), Elizabeth Broderick, Ivana Radačić y Meskerem Geset Techane, Tlaleng Mofokeng, la Relatora Especial sobre el derecho a la salud física y mental; e incluso Nils Melzer, el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, (que es lo que padecen las madres protectoras y sus hijos e hijas), denuncian, por tercera vez en tres meses, algo tan sumamente grave como que, ¨los menores en España están expuestos a la violencia y los abusos sexuales por un sistema judicial que no les protege de los padres abusivos, e ignoran las pruebas de abusos¨. 

Y con ese cuento de la independencia de los jueces, el resto se lava las manos... Nuestro país se defiende como "gato panza arriba” sin llegar al fondo de los hechos, omitiendo lo que les interesa, y dejando, en consecuencia, solas a las madres y a los y las menores. Para ello se justifica con sus leyes que, si bien es cierto que son muy aplaudibles y de valorar el esfuerzo por crearlas, no las aplican aquellos con toga que tienen ese "poder", y para colmo, no se les sanciona por ello, con lo cual, por ahora, solo adornan el BOE, pero no protegen a casi nadie.

Se mueven con unos parlamentarios basados en el "¿qué hay de lo mío?", y con el aumento de una extrema derecha que, por negar, niega la violencia contra las mujeres, incluso los días en los que crece la cifra de feminicidios…

Las víctimas del machismo tienen además de asesinos con nombres propios, muchos cómplices dentro de las instituciones, pero no les exime de su responsabilidad al gobierno, y hay que recordarle su compromiso socialista y feminista. Es 8 de marzo y mi culpa es ser mujer, madre, y abuela. La asumo. Sus señorías tendrán que responder por otras…