Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Marc Llorente

Perdedores indignados en ‘Los secuestradores del lago Chiemesse’

Los secuestradores del lago Cheamsee

Los secuestradores del lago Chiemsse

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

***

De Alberto Iglesias. Dirección: Mario Gas

Las crisis económicas o de otra naturaleza. Cada avance tropieza y volvemos a más de lo mismo. O a una peor situación con más espinas sociales. Recuerden la recesión en 2008. ¿Y ahora por una u otra razón? El teatro, atento a las jugadas, es un espejo que puede ser más o menos cóncavo de la realidad, con tono costumbrista o de comedia negra, como el público ha podido ver en el Principal de Alicante.

Una noticia fue el punto de partida de Alberto Iglesias al escribir «Los secuestradores del lago Chiemsee», donde unos jubilados secuestran a su asesor fiscal. Los ahorros se invierten, se pierden, y el robo legal lo ampara la crisis del mercado. Los poderes económicos imponen la ley del más fuerte. Y la justicia queda a merced de esos intereses. Da igual que nos situemos en Alemania o en España. Porque los abusos ocurren en cualquier lugar.

La cuestión es que los personajes pretenden recuperar lo suyo con la insensatez de un secuestro y de la tortura. Para llevar a efecto la obra, dirigida por Mario Gas, hay un plantel de veteranos actores. Helio Pedregal lleva la voz cantante con la solera de un rotundo intérprete. Vicky Peña es la encantadora mujer que pierde algo de memoria, y Gloria Muñoz, el inolvidable Manuel Galiana, Juan Calot y el propio Iglesias (el secuestrado) integran el resto del notable reparto.

La escenografía de Sebastià Brossa y Silvia de Marta tiene dos aspectos distintos. El jardín de una casa de campo, además del sótano (que aparece y desaparece) en el que se encuentra ese asesor fiscal. Las escenas no se limitan a esto último. Asoman la amistad, el paso del tiempo, el amor, los secretos de infidelidad o los sueños rotos.

Trazos, reiteraciones o la falta de progreso en unos pasajes que orientan el camino hacia el previsible final de una pieza con la que el experimentado Mario Gas no puede estar a la altura de sí mismo. Lo importante es lo que se quiere simbolizar en cuanto a la indignación de las personas ante el atropello. Pero no vale arreglar agravios con actitudes violentas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats