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Retrato de Dante Alighieri

El “Infierno” de Dante Alighieri es la primera parte de las tres que componen su poema épico – La Divina Comedia -. En esta obra Dante, guiado por Virgilio, emprenden un viaje hacia el inframundo, hacia el Infierno. En su odisea tienen que atravesar los nueve círculos sucesivos que forman este mundo. El séptimo círculo es el que está reservado a los violentos. El guardia de este horrible lugar es el Minotauro que representa “la loca bestialidad”, es decir, la violencia que equipara a los hombres con las bestias. Este círculo se subdivide en tres zonas también concéntricas. En el primer anillo interior, Dante, sitúa aquellos que fueron violentos contra el prójimo, es decir: a criminales, tiranos, homicidas, violadores y bandidos. Estos, los condenados, se encuentran inmersos, sumergidos en el río Flejetonte. Un río de sangre hirviendo donde los violentos están sumergiendo parte de sus cuerpos según la gravedad de sus actos. Los Centauros, se encargan de la vigilancia. A todos aquellos que intentan salir más de lo establecido son acribillados por una lluvia incesante de flechas. Dicen que Alejandro Magno se encontraba en este horrible río sumergido hasta las mismísimas cejas.

En 1472, cuando Dante publicó su libro y supuestamente realizó el viaje, este anillo siete del infierno ya estaba más bien completo. Han trascurrido cinco siglos y medio y los violentos han ido creciendo y creciendo. Sin ir más lejos solo desde el 20 de febrero de este año hasta hoy, hay una considerable remesa de seres humanos rabiosos cuyo destino debería ser el río Flejetonte. Dejándome muchos en el tintero, el Minotauro tendrá que estar haciendo ya los preparativos para dar acomodo en el séptimo circulo, por ejemplo, a Vladimir Putin, responsable último de miles de muertos y de infligir un sufrimiento insoportable al pueblo ucraniano. Espero que los Centauros tengan bastante trabajo para mantener al déspota ruso sumergido hasta la coronilla en ese río de sangre hirviendo. Tendrán que hacer hueco también para otros tres malnacidos: uno de Sueca, el mismo que asesinó a su propio hijo buscando causar un dolor insoportable a la madre. Otro de la Rozas, en Madrid, el asesino de su pareja Sonia de 41 años y que debería ir encadenado con el otro asesino que quitó la vida a Victoria de 47 años, esta vez en Cuenca. El guardián del Infierno, el Minotauro, quizás esté pensando qué hacer con las diez niñatas y el niñato que, en jauría humana, apalearon, golpearon y humillaron a una compañera de colegio de tan solo once años. Yo estoy dispuesto a firmar y pagar, no para que se pasen la vida eterna sumergidos en el Flejetonte, sino para que junto a Will Smith estuviesen un par de semanas de vacaciones a la orilla del río hasta que fuesen conscientes de cuánto dolor, cuánta humillación y cuántas lágrimas provocaron con sus actos. Luego daría por finalizadas sus vacaciones y de vuelta a sus ciudades y pueblos, que ellos decidan qué camino van a seguir.

Resulta descorazonador cuando trato de encontrar respuesta sin hallarla, el por qué el ser humano es capaz de amasar tanta maldad, tanto odio y tanta violencia entre sus manos. Tampoco es fácil encontrar consuelo cuando busco respuestas en ese gigantesco mundo que es internet. En la red de redes y navegando de un lado para otro pude leer, por ejemplo que el filósofo confusionista Hsun-Tizu, que vivió trescientos años antes de Cristo, ya pregonaba que: “El hombre es malo por naturaleza. Desde su nacimiento, el hombre, tiende a manifestar conductas egoístas, anarquistas, antisociales y, por tanto, dañinas para sí y para el resto de sus semejantes”. Asimismo, también apuntaba que, con mucho esfuerzo, el hombre podría reformarse, sacando el lado de bondad que también posee. Pero apostillaba: “la maldad es tan apabullante que nunca estará garantizada la benevolencia en el ser humano.”. En otras páginas de internet, en tesis, estudios, análisis y opiniones sobre la violencia en el ser humano, comprobé que son muchos los que creen que la condición humana tiene tendencia natural a la violencia. Así que cualquier hecho violento, homicida o sangrientos se explicarían porque el ser humano tiende a ensañarse con sus semejantes hasta el punto de torturarlos psicológicamente o de acabar con sus vidas. Ningún animal es capaz de alcanzar semejante grado de crueldad con los de su `propia especie como lo hace el Homo sapiens con la suya. Dejé de bucear en páginas web cuando me topé con el decreto 233 del 22de octubre de 2004 de la Consellería de Educación Valenciana. Decreto elaborado para crear el Observatorio para la Convivencia Escolar. En su preámbulo y en las primeras líneas dice: “Es literalmente imposible disociar educación de conflicto, ya que no hay posibilidad de convivencia sin conflicto”.

Eso sí, tengo que decir que, en internet, encontré una de las frases más hermosas que se hayan escrito contra la violencia. Isaac Asimov dijo: “La violencia es el último recurso del incompetente”. Es una frase clarificadora y quizás nos señale el camino para acabar con la violencia. Pone de manifiesto que detrás de un violento solo hay limitaciones y frustraciones. Mi padre, que como la mayoría de los de su generación eran casi analfabetos, también tenía una teoría contra la violencia. Siendo yo preadolescente, cuando todas las discrepancias con mis amigos las solventábamos a base de empujones y pescozones, él siempre me recordaba: “Antonio, si uno no quiere, dos no se pelean”.

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