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Antonio Balibrea

Estrategia de largo alcance

El expresidente soviético Mijaíl Gorbachov

“Un radical asentado en el poder nunca cederá, en casi nada, porque existe el peligro de que el régimen, y con él su poder personal, se venga abajo”. La frase es de George F. Kennan quien fue encargado de la embajada norteamericana en Moscú y en otras capitales de Europa del Este. 1946 envío a sus superiores un extenso escrito llamado posteriormente el "telegrama largo" “Las Fuentes de la Conducta Soviética” en el que pregonaba lo que después se llamó la “política de contención” del comunismo soviético, era la época de Lenin, pero diferenciaba el comunismo, de la mentalidad rusa. Los dirigentes se mueven por las ideologías, pero también por las circunstancias necesariamente cambiantes. Cabe, en consecuencia, el pragmatismo en los mesianismos de todo signo y muy particularmente en el comunismo, pragmatismo que atribuía también a Stalin y la mayoría de sus sucesores. Kennan proponía a Estados Unidos, “políticas inteligentes de largo alcance" es lo que se llamó la política de contención del carácter expansivo de la URSS, Siempre a "largo plazo, paciente y vigilante". Se trataba de contener al comunismo puesta de manifiesto la incapacidad del sistema soviético para exportar éxitos o evidencias reales de que había logrado para su pueblo la prosperidad material. Esta fue la doctrina asumida por Estados Unidos. "Una victoria total, con duras condiciones para los vencidos, solo podría arrastrar a un conflicto mucho peor. Kennan fue el diseñador del Plan Marshall para Europa.

En 1998 tras la caída de la URSS declaro "creo que es el comienzo de una nueva guerra fría". "Creo que los rusos reaccionarán gradualmente de manera bastante adversa y afectara a sus políticas, creo que es un error trágico". declaró Kennan al New York Times (Citado por Ishaan Tharoor en el W.Post 16-04-22). Kennan advirtió que la expansión de la OTAN en Europa del Este “inevitablemente provocaría una reacción violenta por parte de un gobierno ruso que desconfía de ser contenido una vez más”. Ante el incumplimiento de los acuerdos Baker-Gorbachov por parte de Estados Unidos y la OTAN, George F. Kennan"¿Por qué, con todas las esperanzadoras posibilidades engendradas por el fin de la Guerra Fría, las relaciones Este-Oeste deberían centrarse en la cuestión de quién se aliaría con quién y, por implicación, contra quién, en un futuro fantasioso, totalmente imprevisible e improbable conflicto militar? “Dicho sin rodeos... expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría. Se puede esperar que tal decisión inflame las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas en la opinión rusa; tener un efecto adverso en el desarrollo de la democracia rusa; restaurar la atmósfera de la guerra fría en las relaciones Este-Oeste e impulsar la política exterior rusa en direcciones que decididamente no son de nuestro agrado…"(NYT.- 05-02-97). La invasión de Ucrania y la respuesta colectiva y radical de Occidente nos lleva a una situación insostenible para ambas partes lo que nos conduce a un enfrentamiento prolongado y costoso.

La primera "estrategia de seguridad nacional" de Biden, que tenía que haber presentado el año pasado, pero no está completada, no solo no estará centrada en las relaciones con China y la renovación interna de la OTAN, como se pretendía; sino que el enfrentamiento Estados Unidos, Europa, Rusia lo va a condicionar fundamentalmente y revive la situación de "contención" de la época de la guerra fría. En junio, en la reunión de Madrid, la OTAN revelará su primer documento de "concepto estratégico”, desde 2010. Hace 12 años la Alianza iba a revelar cuál era su asociación estratégica con Rusia, tras la caída del pacto de Varsovia; ahora se pretende sellar una postura mucho más agresiva hacia el régimen de Putin. Es probable que se comprometan con mayores despliegues de tropas a lo largo de la frontera rusa; y probablemente con la participación de Finlandia y Suecia. No solo el diseño de una nueva estrategia llega tarde ya, además estará condicionada y desenfocada por la guerra de Putín. La solución no será la derrota o humillación de Putin; ni tampoco su aislamiento. Ni India, ni China, ni Brasil, y buena parte del hemisferio sur son más bien indiferentes a lo que sucede en Ukrania, en Europa. Rusia no es Cuba, menos en extensión.

Hay que retomar forzosamente las políticas de contención, e intentar retomar las de distensión. Y esperar las luchas internas de poder que son el principal enemigo de los totalitarismos de cualquier signo.

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