Sin mucho ruido mediático, se entregaron los Premios Sant Jordi de Cinematografía, que concede RNE en Cataluña, y que este año pudimos seguir en directo, milagro, después de tantas ocasiones en que hubo que echar mano de la web para recuperarlos.
Desde el marco del Teatre Lliure, el par de horas de ceremonia pasó en un santiamén, a diferencia de otras, conducida por Gemma Nierga y Sílvia Abril. Cómo no iba a hacerlo si contuvo momentos tan intensos como aquel en que Lluís Pasqual presentó un premio de honor a Antonio Banderas, demostrando así en público que esas supuestas rencillas que provocaron que el catalán abandonase la dirección del Teatro del Soho malagueño no habían pasado a mayores.
Antonio Banderas, todo un caballero, dedicó el premio a Marta Ribera, una actriz de musicales que si en lugar de Girona lo hubiese hecho en Los Ángeles sería la nueva Liza Minelli. Sin paliativos. Completamente cierto y en absoluto exagerado. El destino es el destino.
Conxita Casanovas, el alma mater de los premios, y cinéfila de pro, se preocupa de que el palmarés tenga poso y tenga alma. Ambos, que nacimos el mismo año y contamos con el mismo bagaje sentimental, permanecemos también en sintonía en cuanto a gustos cinematográficos, como demostramos cuando nos tocó compartir jurado en Málaga.
Me atrevería a decir que los Sant Jordi son, junto a los premios Días de cine, los más sensatos y atinados de toda la temporada. Aunque los Sant Jordi cuentan con 66 ediciones... Por imposición de la retransmisión televisiva, actuó sobre el escenario la eurovisiva Chanel. Para compensar, también estuvo Antonio Najarro. En cualquier caso, la gala no se libró del 1% justo de audiencia. La 2…
