Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Segovia

Feminismo dividido

8m-feminismo David Castro

Hay un proyecto de ley de transexualidad que se ha redactado conforme al principio de la autodeterminación de género, de tal manera que cualquier persona mayor de edad o menor asistida, pueda comparecer ante el registro civil y cambiar su sexo de nacimiento por el que elija voluntariamente o incluso sin ningún sexo específico, y a todos los efectos será reconocido ese nuevo sexo como el verdadero sin que pueda existir ninguna discriminación.

Con este motivo ha aparecido un cierto sector feminista que se ha opuesto terminantemente a esta ley de autodeterminación de género, crítica que en el extremo más radical le llaman despectivamente TERF, o feminismo radical excluyente transexual, considerando que la mujer trans en realidad es un macho que intenta ocupar el espacio de la mujer y que supone un borrado de la misma , ya que la mujer es el sexo hembra humano, de la misma manera que el hombre es el sexo macho humano, parecido al lema (considerado reaccionario) de que “el hombre tiene pene y la mujer vagina, que no te engañen”.

Por su parte el feminismo queer sigue la teoría de que el sexo no está completamente determinado en dos opuestos y clasificados, pues es más fluido y cambiante de lo que pretende imponer la teoría naturalista, ya que hay que tener en cuenta que el género masculino o femenino no sólo está determinado por las condiciones sexuales biológicas, sino también por las conductas, las relaciones sociales y la mentalidad.

El fenómeno de la transexualidad es el de aquellas personas que tienen una identidad de género o que sienten un género que es diferente a su sexo de nacimiento, ellas sufren al considerar que están en un cuerpo equivocado, pues naciendo hombres, se sienten mujeres a todos los efectos, o viceversa. Esta transformación que se empieza a sentir en la pubertad crea graves problemas mentales y sociales que puede llegar a mutilaciones o incluso al suicidio. Si no encuentran comprensión, tanto social como legislativa, tienen un grave sufrimiento y modernamente en todo Occidente hay una reacción legislativa para proteger a estas personas. Básicamente para cambiar de sexo se exigía tratamiento hormonal y psicológico e incluso intervención quirúrgica y la correspondiente sentencia judicial. Pero actualmente se considera que estos requisitos son una limitación excesiva, una especie de penalización y por eso se ha recogido ya en algunas legislaciones la posibilidad de cambio de sexo por la simple autodeclaración de género.

Es cierto que estos cambios de sexo pueden hacerse por motivos ilícitos y fraudulentos, por ejemplo para no ser objeto de castigo por violencia machista, alegando que el agresor también es mujer, alterando las cuotas en las sociedades o candidaturas políticas, los supuestos de incomodidad para las mujeres (de nacimiento) en sitio reservados o de convivencia en residencias o cárceles, y sobre todo el fraude en competiciones deportivas donde la superioridad puede ser manifiesta en las competiciones femeninas que intervengan mujeres trans.

Creo que se está produciendo una transformación en la visión de la sexualidad y del género que es imparable, y que se debe traducir en un cambio de mentalidad feminista y de nueva legislación. Si el feminismo exclusivamente era la lucha por la igualdad de la mujer con el hombre, actualmente se debe ampliar el sujeto del feminismo al de toda aquella persona que sufra discriminación por el patriarcado (ciertos oficios como servicio doméstico, prostitutas o razas despreciadas, como gitanas, etc). En este sentido hay que tener en cuenta que la mujer trans, y por el mero hecho de serlo, o como remedo de mujer, si se quiere, sufre discriminación, desprecio y abuso de esta sociedad patriarcal, por lo que debe ser objeto de defensa por el feminismo. Y los inconvenientes que se señalan a la autodeterminación pudiera solucionarse con una reglamentación especial para las situaciones de posible conflicto o incomodidad en lugares de intimidad, así como en las competiciones deportivas. Fuera de estos supuestos el máximo respeto y consideración con el género que han elegido voluntariamente y amparado por la ley, pues ningún derecho reconocido a una persona desconoce o impide el derecho de los demás.                                    

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats