Leí en este diario la entrevista que Pino Alberola realizó a la nueva presidenta del Consejo de Estudiantes de la UA, María Vallejo. La periodista preguntó qué les preocupa a los estudiantes de la Universidad de Alicante. Hay una palabra en la respuesta hacia la que se me fueron los ojos: los enchufes.
Por una décima de segundo, pensé que la nueva elegida iba a hincar el diente sobre un tema tan delicado y espinoso como pertinente. Algo que siempre ha estado ahí y que no acaba de irse. La importancia de ser ‘hijo de’, la influencia de las filiaciones y de los contactos en esa jungla que es encontrar empleo e incluso en todos los pasos previos hasta llegar a él, también en el periodo de la formación. Pero no. Resulta que lo que a lo que la representante de los estudiantes se refiere es a los enchufes electrónicos puros y duros. A los que se necesitan para conectar los portátiles.
La segunda y última de las quejas alude a la falta de calefacción. En un campus como el de San Vicente, que goza de temperaturas más propias del Caribe durante algo más de medio año, los estudiantes se quejan de la falta de calefacción.
Puede estar tranquila, sin duda, la primera rectora en los 40 años de historia de la institución, Amparo Navarro. Si la que se supone que tiene que ser su masa crítica, la formada por sus miles de alumnos, solamente tienen que elevar ese tipo de sugerencias de orden práctico, está claro que el campus será una balsa de aceite. Que el mayo del 22 no tiene nada que ver con el mayo del 68 ya lo sabíamos. Pero no que llegaríamos a este punto. ¡Viva el wifi!.
