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Juan Carlos Padilla Estrada

LAS CRÓNICAS DE DON FLORENTINO

Juan Carlos Padilla Estrada

Huida hacia adelante

Archivo - Imagen de archivo de la Policía de EEUU Hector Amezcua/Sacramento Bee vi / DPA - Archivo

A veces los humanos reaccionamos ante un problema de manera objetivamente inapropiada, lastrados por nuestros prejuicios y nuestros apriorismos, que nos maniatan a la hora de encontrar soluciones racionales.

Recientemente se ha producido un nuevo tiroteo en Estados Unidos, en una escuela de Uvalde: un adolescente compró dos fusiles al llegar a sus 18 años y con ellos mató a 21 personas.

Este es el penúltimo episodio de una lacra que no parece tener fin: EEUU es el país más armado del planeta. De hecho, hay más armas de fuego que personas: 120,5 por cada 100. En 2020, estas armas mataron a unos 45.000 estadounidenses. Si sumamos todas las muertes por arma de fuego entre 1968 y 2017, la cifra ronda el millón y medio. Más que todos los soldados muertos en combate de la historia del país.

Pocos días después de este nuevo drama, la Asociación Nacional del Rifle celebró su convención anual. (¡¡¿¿Curiosamente estaba prohibida la entrada a ella a los portadores de armas de fuego!!??) En ella, con Mr. Trump como artista invitado, se dio la receta para combatir este problema: más armas.

Unos días después el Congreso del estado norteamericano de Ohio ha aprobado autorizar que los profesores puedan llevar armas de fuego tras una formación que duraría como máximo veinticuatro horas.

Hasta ahora un maestro debía convertirse en agente de paz con más de setecientas horas de formación para poder portar un arma. Un policía recibe sesenta horas de formación sobre armas de fuego, de las cuales cuarenta y seis son en campo de tiro.

Las reacciones han sido dispares: Grupos como Madres por la Rendición de Cuentas, Madres Exigen Medidas, la Asociación Educativa de Ohio o la Fraternal Orden de Policía de Ohio han advertido de que esta nueva ley hará que las escuelas sean mucho menos seguras. Para la Asociación de Armas de Fuego Buckeye será lo contrario: "Hemos aprendido con el tiempo que cuanto más rápidamente se ataca a un asesino activo, más vidas se salvan"

Nada de limitar las posesiones de armas, endurecer los controles, generar un registro centralizado, limitar el derecho a su tenencia…

No se trata de impedir que un ciudadano pueda tener una pistola en su casa para defenderse… pero de eso a poder comprar fusiles de asalto a los 18 años y sin control va un abismo que entierra centenares de muertos cada año.

Si la respuesta contra la violencia generada por las armas es más armas estamos ante un ejemplo palmario de huida hacia adelante, trufada de prejuicios e ideología, en la peor de sus acepciones.

Mientras, solo el 48% de los estadounidenses considera que la violencia con armas de fuego es un problema muy grande en el país hoy en día. Se trata de una proporción prácticamente igual que la que se preocupa por el déficit del presupuesto federal (49%), la inmigración ilegal (48%) o el coronavirus (47%). La división en la sociedad americana sigue creciendo.

Y los tiroteos, lamentablemente, también.

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