Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José María de Loma

Silencio, se dispara

Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso. David Castro

Feijóo se dispara en las encuestas, dicen los titulares. Como siga disparándose podría darse en el pie y tenemos leído que eso es doloroso además de invalidante para ciertas actividades.

Feijóo tiene tan buenas expectativas que sus asesores, y los que no lo son, le vienen aconsejando que basta simplemente con que no meta la pata; que el Gobierno se está quemando solo, que tenga paciencia, sea discreto y no hable demasiado. No calla.

Sin embargo, en su florida oratoria no incluye propuestas. Solo mete miedo, critica al Gobierno y habla de tiempos oscuros de crisis. A la gente, ya sean filatélicos, egabrenses, pensionistas o balompédicos, no le gustan las malas noticias ni los mensajeros con malas nuevas. Se resiste a ponerse de perfil. Tal vez le pase como al que suscribe: de perfil se ve más la napia generosa.

Pese a su afición a locutar, Feijóo no podrá hablar en el debate sobre el estado de la nación en el Congreso. No es diputado. Estará, pero mudo. Hablará Cuca Gamarra, cuya presencia recuerda mucho al PP de Casado. Gamarra dirá lo que Feijóo le diga que diga, con lo cual asistiremos a un interesante ejercicio de ventriloquismo. Feijóo busca el cuerpo a cuerpo con Sánchez, pero se tendrá que conformar con el espíritu a espíritu. A no ser que se encare con él en el pasillo del Congreso, donde si prevalecen los buenos modales y hasta Rufián da los buenos días a Espinosa de los Monteros y Abascal saluda a Irene Montero. Si no está en Nueva York.

Algunos ya tienen hechas las encuestas sobre quién ha ganado el debate sobre el estado de la nación sin que tal debate se haya producido. Son gente previsora. Como los que ya han escrito la necrológica de alguien que aún no ha palmado.

El Gobierno cree que gran parte de sus problemas se deben a que «hay mucho ruido». Sobre todo, dentro del propio Gobierno. Discuten entre ellos, en vez de con Feijóo. Pero el gallego es refractario al silencio y busca atraerse el foco. Quiere luz. Y taquígrafos. Pero lo que es a éstos poco trabajo les va a dar en el debate. Ensaya la gesticulación.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats