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Luis M. Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Calamity Johnson

Boris Johnson saliendo de Downing Street PETER NICHOLLS

Boris Johnson es la penúltima de las calamidades políticas en un continente absolutamente huérfano de liderazgo. El Reino Unido suspira aliviado tras su costosa renuncia, pero tardará en reponerse del daño causado todos estos años, que empezó con Cameron convocando un referéndum sobre el Brexit, origen de lo que ha venido a continuación y seguirá pasando factura a los británicos. La periodista Gaby Hinsliff escribe en «The Guardian» que los tories han creado un monstruo y que al final tendrán que ofrecer disculpas al país por la vergüenza vivida durante su liderazgo. No anda descaminada. Para empezar, existe la coincidencia de que el Partido Conservador debería acelerar la sucesión para que el periodo de interinidad del primer ministro no se alargue más de la cuenta por la propia salud de la organización y del sistema, y la toxicidad que a estas alturas Johnson provoca para la unión del Reino.

La cabeza de un primer ministro que invita, en medio del dolor de una pandemia, a más de cien personas a una fiesta en su jardín animándolas a que traigan el alcohol no puede regir bien. Si más tarde ese mismo sujeto pretende atajar la crisis, en medio de las renuncias y dimisiones de su propio gabinete, como si se tratara de un partido de rugby, proponiendo a sus asesores un nuevo protector para las encías con el fin de saltar al campo y seguir compitiendo, es que se trata de un auténtico majara. Johnson ha querido doctorarse en despropósitos de daño incalculable y en estrafalarias citas, probablemente para seguir la estela imposible de su admirado Churchill. Muchas de ellas bastan para explicar su atrabiliaria inestabilidad, pero una, «puedo pensar en tantas formas de expresarme que siento que soy una vieja máquina de escribir, aparecen demasiadas teclas a la vez y me atasco», termina por definir su exasperante disfuncionalidad. Cuando se vaya de Downing Street, muchos británicos le desearán eso de tanta paz lleves como descanso dejas. 

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