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Tomás Mayoral

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Covid: sanidad y economía vuelven a ir separadas

El alcalde de Alicante, Luis Barcala, y el conseller de Economía, Rafa Climent, en la reunión mantenida el jueves por la tarde en Ibi. INFORMACIÓN

Hace dos años por estas fechas, hubiéramos valorado en INFORMACIÓN, siempre solemos hacerlo pero en este caso más, con mucha prevención la repercusión que podría tener una noticia como que tres de los principales hospitales de la provincia están saturados al multiplicarse los ingresos por covid. En los vaivenes de las distintas oleadas del virus que padecíamos por aquellas fechas, la posibilidad de tener una temporada turística de normalidad pospandémica podría haberse visto afectada solo con mencionar la bicha de que los contagios volvían a crecer de forma ostensible. Hoy, siendo sanitariamente grave, el impacto económico que puede tener un hecho así es claramente limitado. Nuestros posibles visitantes están más preocupados seguramente por las consecuencias que las vacaciones pueden tener en sus economías domésticas con una inflación galopante como la actual que por el impacto que esas vacaciones pueden tener en su salud.

No es quiera decir que esto es lo adecuado y lo contrario, la prevención radical que obviamente afectaba a la economía, lo correcto. Constato un hecho objetivo que viene además avalado por otro titular significativo: “La Costa Blanca iguala en el primer semestre el PIB turístico que tenía antes de la pandemia”. Para bien o para mal, hemos perdido el miedo y al mismo ritmo hemos recuperado el impulso de volver a la normalidad. Ya se vio en las primeras Hogueras que se celebraban tras la aparición del covid en nuestras vidas. Posiblemente el incremento actual tenga mucho que ver con las aglomeraciones que se registraron en estas fiestas de participación histórica. Era de prever, pero también estaba descontado y aceptadas sus consecuencias. Esto no significa que haya que mirar el hecho sanitario con la preocupación que merece, especialmente en lo que se refiere a la altísima incidencia de los nuevos contagios en los mayores de 60 años. Pero ahora mismo preocuparse por una cosa ya no quita para alegrarse por la otra. Esa dependencia entre economía y salud se ha roto. Esperemos que no vuelva a vincularse.

  

Y una cosa más:

Parece que el “caso Fundesem” si tenía algún viso de solución. Solo faltaba tener lo que siempre ha faltado en Alicante y en este caso se ha conseguido encontrar: unidad y diálogo. No está mal que fueran los empresarios los que dieran la alerta pues a ellos, más que a nadie, les correspondía reivindicar que Fundesem encuentre una solución. Tampoco está mal que el conseller Climent y el alcalde Barcala se hayan sentado a hablar con ánimo constructivo y hayan propuesto a la escuela de negocios buscar un plan de negocio alternativo. Algo se ha movido y eso es bueno. Aunque a algunos les haya pillado con el paso cambiado y pidiendo que rodaran cabezas. Igual es que el ”caso” no se les daba bien. Hay que perseverar.

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