El Consejo Económico y Social (CES) creado en el seno de la Diputación Provincial de Alicante, se constituyó con el apoyo del grupo socialista como un escenario de encuentro con los agentes económicos y sociales de la provincia de Alicante. El objetivo esperado consiste en establecer consensos orientados a comprometer a la propia Diputación y a las administraciones locales (ayuntamientos, mancomunidades, etcétera), en medidas de apoyo a los sectores productivos de la provincia. Medidas de consenso basadas en políticas de desarrollo económico y sociales, y así contribuir al esfuerzo de otras administraciones en el impulso económico a la creación de riqueza y empleo, o como puede suceder y de hecho así ha sido, en actuaciones dirigidas a paliar los efectos de eventuales crisis como las que hemos sufrido recientemente.

En la comisión permanente del CES provincial, previa al pleno del día 27 de junio, a la que no pudieron asistir los miembros socialistas por un fallo en la convocatoria, se decidió tratar el proyecto de Ley sobre la tasa turística, en trámite en las Cortes Valencianas, en el que el CES provincial no tiene competencia alguna. Fue poco apropiado comenzar por un tema polémico que se presta al rifirrafe político partidista.

El presidente de la Diputación, Carlos Mazón, si desea que el CES provincial adquiera prestigio como órgano propositivo, que sirva de cauce para adoptar y recomendar medidas útiles que apoyen con eficacia al tejido empresarial y social de la provincia, debe cambiar el enfoque equivocado con el que ha iniciado su andadura. Forzar el posicionamiento del CES ante una norma, como ha sido el caso, puede parecerle interesante desde un punto de vista partidista, como presidente del Partido Popular, pero hace caer el nivel de la institución a donde no debe estar.

La votación del CES en contra de la ley que regula la tasa turística fue un acto completamente inútil por ineficaz, que dividió innecesariamente a los miembros del CES, y dejó en mal lugar a los que defendieron el posicionamiento expuesto con radicalidad y falta de tacto desde la Confederación Empresarial Valenciana.

Una sesión y comienzo del CES provincial para olvidar, recapacitar, reiniciar desde la moderación, el respeto institucional, el diálogo y la prioridad por obtener acuerdos.