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Tomás Mayoral

La siniestra lotería de las ambulancias sin médico

Una ambulancia SAMU circula por las calles de Alicante David Revenga

Por las carreteras de la provincia circula una lotería algo siniestra en la que tienes 4 de 10 posibilidades de que te toque una ambulancia sin médico. ¿Qué pasa si eres un desafortunado de esos cuatro y tu ambulancia del SAMU no tiene médico? Volvemos de nuevo al cálculo de probabilidades: puede que seas finalmente afortunado y te vaya bien: los enfermeros y enfermeras de este país, que alguien ha decidido mandar solos en las ambulancias, son excelentes profesionales y se los rifan en Europa. O también puede pasar que te vaya mal: un enfermero puede ser un excelente profesional sanitario, pero no es un médico y en ciertas situaciones hace falta que un facultativo que estudió y se formó para eso sea quien tome las decisiones. 

Todo lo relacionado con la sanidad no debe ser nunca una lotería. Debe ser un campo previsible porque cuando necesitamos de sus servicios nos volvemos todos unos conservadores a la vieja usanza: ambulancias con médico, hospitales con médico. Y mucho personal de enfermería, por supuesto, que para eso están, y vuelvo a insistir en ello, entre los mejores profesionales del continente. Pero es que ellos quisieron ser enfermeros y enfermeras. No médicos y médicas. No deben asumir una responsabilidad que no les corresponde.

¿Para que se medicalizaron las ambulancias? Para poder atender a los enfermos en el trayecto hasta el hospital convirtiendo ese lapso en tiempo ganado para la estabilización de los pacientes, especialmente los más graves en los que un minuto arriba o uno abajo puede suponer la vida o la muerte. ¿Podemos imaginar urgencias sin médicos, centros de salud sin médicos? No. Del mismo modo que ni podemos ni debemos esperar parques de bomberos sin bomberos o comisarías sin policías. No es lo suyo. Dicen los sindicatos que han denunciado esta situación en la provincia de Alicante varios años y que suele ser en el verano cuando hay más escasez de médicos. Al parecer, hasta ahora, pasaba alguna vez en verano que la ambulancia tenía que salir sin su médico. Era excepcional. Ahora es norma: el 40% de las veces. Y todo por una cuestión, al parecer, de desorganización en la Conselleria. El nuevo conseller, Miguel Mínguez, que por cierto es médico, debería entender la gravedad de todo esto.

Y una cosa más:

Demuestra inteligencia que Aitana Mas haya decidido, en su condición de consellera de Igualdad y Políticas Sociales, resolver a la primera el conflicto que su predecesora abrió con el Síndic de Greuges. No es un secreto que la mayoría de las reclamaciones que recibe Ángel Luna en su condición de defensor del pueblo autonómico están relacionadas con esa conselleria. Oltra se tomó el espacio que le dedicaba el Síndic en su Memoria anual como un ataque personal en vez de una buena indicación de lo que no funcionaba en su área. Su sucesora no ha esperado a que el tema se pudriese: han pasado pocas semanas de su toma de posesión y ayer mismo se sentó con Luna. Es una buena decisión.

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