Muchos se preguntan qué pinta un programa como Enred@d@s en un canal como La 1. Yo también. Hace demasiado tiempo que la televisión pública perdió los papeles, dejando que se colasen en su parrilla programas, además de malos, desubicados.
Viene esto al caso por el recién acabado La noche D, presentado en su última etapa por Eva Soriano. Una de sus características más peculiares fue la invitación a la nostalgia, tirando de invitados que hubiesen presentado en algún momento programas de televisión de otras décadas.
Ojo, presentadoras y presentadores que habían pasado por La 1 y que, sin embargo, en sus intervenciones en el programa, sometidos a la escaleta, se veían obligados a recordar sus trabajos en las cadenas privadas. Los casos fueron numerosos y atribuibles siempre a los guionistas, de los que podemos imaginar perfectamente su target, edad y filias televisivas.
Pongamos como ejemplo la noche que pasó por el plató Javier Sardá. Si de lo que se trataba era de hacer unas cuántas bromas con él, hubiese bastado con tirar de archivo y haber sacado unas imágenes del primer Juego de niños (aquel que se emitió los domingos por la tarde cuando los guionistas todavía no habían nacido) y otras del segundo Juego de niños (el más reciente, que se vio después de Informe semanal).
Pues bien, pese a estar en La 1 los documentalistas tiraron del archivo de Crónicas marcianas de Telecinco, se mire por donde se mire, toda una incongruencia. Y así todas las noches.
Pues otro tanto se puede decir de Enred@d@s, un disparate colocado ahí para que los programas que van después comiencen a una hora competitiva, cuando han terminado El hormiguero y El intermedio, pero que no tiene ni pies ni cabeza en La 1.
