Después de ocho años sin celebrar el debate sobre el Estado de la Nación uno de cada cuatro españoles mayores de edad no se había enterado de qué los días 12 y 13 se reanudaba este protocolo parlamentario. Dicho de otra forma, tres de cada cuatro sí tenían conocimiento de ese hecho, y llama más la atención, que su valoración de la importancia se dividía por mitades unos lo consideraban muy o bastante interesante, y otros poco o nada interesante. El tema no queda ahí, más de la mitad afirmaba que en esos debates en poca o ninguna medida se tratan temas que realmente preocupan a los españoles. Dos de cada tres los consideran poco o nada útiles. Estos son los resultados sorprendentes de la encuesta que el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) ha pasado a 1588 ciudadanos españoles los días siguientes al debate. En total tan sólo 727 un 45’8 % siguieron, al menos en parte, en directo, el desarrollo del debate por televisión, por radio, por Internet, o por otro medio.

Los que no lo vieron, un 27’6% de los entrevistados, fue porque no tenían tiempo o tenían otras obligaciones y prioridades; pero también hay un grupo numeroso, un 18% que le desagradan la confrontación política o no les interesa la política. La principal fuente de información de nuestros conciudadanos que siguieron el debate fue en un 60 % la TV, seguido con un 43% por internet, un 31,7 la radio, y en último lugar los periódicos con un 20. Los temas principales que se trataron en el debate están enunciados por los encuestados que se centran principalmente en los de la crisis económica y los de índole económico y los nuevos impuestos. Un 52% califican el debate como bastante o muy conflictivo; mientras que para el 37 % fue poco o nada conflictivo.

Si comparamos por sexo el 82% de los hombres tenían conocimiento de que se celebraba el debate, frente a menos del 70 de las mujeres. Hay una diferencia creciente según los intervalos de edad: son más los mayores que sabían que se celebraba el debate, y hubo un mayor seguimiento que entre los jóvenes. Los hombres presentan tasas más elevadas de seguimiento en radio e internet mientras que las mujeres prefieren la televisión. Los hombres se quejan más de falta de tiempo, más cuanto más jóvenes, dicen tener “otras prioridades y obligaciones”.

Refiriéndonos a los que siguieron, el menos en parte, el debate: el 80% siguió en todo, o en parte la intervención de Pedro Sánchez,- fue al que más- a la mitad le pareció bastante bien o muy bien; frente al 38’6 que opinaban que fue mal o muy mal. El saldo más positivo lo obtuvo la canaria Ana Oramas, probablemente porque tuvo la menor audiencia, un 17%. Para más del 40% de la audiencia Pedro Sánchez intento transmitir a la sociedad española un mensaje de confianza en el futuro económico, y en menor medida la fortaleza de gobierno y firmeza en sus decisiones. Hay algo que le reprochan los españoles es que Sánchez “no es realista”, “ni tiene sentido práctico”. En otros aspectos de la intervención el saldo fue favorable a Sánchez: conoce los problemas del país, capacidad de comunicación, iniciativa política, sensibilidad hacia los problemas de los españoles, capacidad de encajar las críticas. El presidente Sánchez fue quién más gustó en su intervención a uno de cada cuatro españoles, de los que vieron o escucharon el debate. Hay un 18,5% a quienes no les gustó ninguno; y un 15,8 que “no sabe/ no contesta”. La intervención de Sánchez ha gustado en cifras similares tanto a hombre como mujeres; más conforme sube en la escala de edad; por un estilo en todo tipo de ciudades excepto en las de más de un millón de habitantes donde Cuca Gamarra duplica su aceptación. Sánchez supera su aceptación media entre trabajadores, operarios, profesionales, científicos y jubilados y más entre los no creyentes, agnósticos o ateos; mientras que el Partido Popular supera su aceptación entre ejecutivos, gerentes y agricultores; o católicos practicantes.

Es decir, algo menos de la mitad de los españoles siguieron el debate del estado de la Nación, al menos a ratos, a pesar de la gran relevancia política que se le atribuye, y en nuestra opinión tiene. El estado de la Nación no acaba de sintonizar bien con el estado de los españoles Quizá es que hay muchas interferencias y ruido.