La marcha del Profesor Santiago Grisolía es, sin duda, una muy triste noticia, porque nos deja nuestro científico internacionalmente más reconocido y porque ha sido la persona que más ha trabajado por la ciencia, la investigación y su conexión con el mundo de la empresa, desde la Comunidad Valenciana para el conjunto de España.

Tratar de enumerar los logros del profesor Grisolía en unas pocas líneas sería, además de injusto, poco riguroso. Por ello, trataré de transmitir el legado que el profesor deja en empresarios, investigadores, profesionales y en la sociedad civil en general, y en organizaciones como la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, la Fundación Premios Rei Jaume I y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) en particular.

Visión, compromiso y entrega resumen el enorme legado del profesor. Gracias a él, la Comunidad Valenciana se ha convertido en el epicentro de la ciencia, la investigación y el emprendimiento de España. Don Santiago Grisolía identificó el reto: más ciencia. También dibujó las acciones a desarrollar: prestigiar a nuestros científicos, investigadores y empresarios, aglutinar a la sociedad civil y convencer a los responsables públicos de que debían pensar en la ciencia, aunque ello excediera de los periodos electorales. Y de todo ello hace ya más de cuarenta años, cuando nadie veía con la claridad con la que él lo hacía que la combinación de los tres actores; los empresarios, los científicos y los investigadores, es la que determina qué territorios y naciones avanzan y cuáles se estancan.

El profesor ofreció mucho, y por ello estaba legitimado para exigir.

Aun así, en la balanza, siempre pesaron más sus contribuciones que lo que exigió.

  • Su intercesión fructificó en el apoyo incondicional y desde un primer momento de la Casa Real.
  • Él puso a disposición de la sociedad valenciana y, por ello, de la sociedad española, todos sus contactos y conocimientos, de forma que los Premios Rei Jaume I se convirtieron en los más prestigiosos de su categoría en nuestro país. Su apoyo permitió que cada año nuestro territorio acogiese la mayor concentración pluridisciplinar de Premios Nobel en el mundo. Así, una veintena de premiados Nobel han formado parte de los jurados de los Premios Rei Jaume I durante más de tres décadas, aumentando exponencialmente el impacto y prestigio de los mismos.
  • Su impronta e instinto hicieron que nuestros premios reconocieran a científicos e investigadores emergentes, cuya contribución era ya más que destacable, pero que aún no habían tenido por parte de la sociedad el reconocimiento que se merecían.
  • Su visión y tesón consiguieron que los empresarios asumiéramos la importancia de apoyar a nuestros investigadores e incorporar a la ciencia como parte del desarrollo de nuestros proyectos empresariales.

Y, como decía, también nos exigió, aunque mucho menos de lo que aportó.

  • Fue a visitarnos uno por uno a muchos empresarios, siempre de la mano del gran Silvino Navarro y, ya en la última década, con la enorme contribución de Javier Quesada, para convencernos de que el apoyo privado de empresarios era fundamental, como ya había comprobado en su trayectoria en Estados Unidos. Y lo consiguió. Fruto de esas visitas surgió, además, la creación del premio Emprendedor que apoyamos desde hace doce años Mercadona, EDEM y AVE.
  • Nunca quiso levantar la voz de forma estridente, pero sí que nos pedía el apoyo a la sociedad valenciana, con su manifiesto anual, en retos muy relevantes en materia científica o empresarial no solo para España, sino para el mundo entero (vacunación, energías renovables -con su famosa foto con todos los Premios Nobel con un molinillo en la mano-, emprendimiento, etcétera).
  • Además de conseguir el apoyo empresarial y de la sociedad civil, exigió y consiguió el apoyo de todas las instituciones, Gobierno de España, administraciones autonómicas, provinciales y locales de nuestra Comunidad, independientemente del color político que las gobernara en cada momento.

El profesor nos deja un enorme legado que tenemos la responsabilidad de mantener y aumentar, y para lo que será imprescindible que sigamos trabajando todos unidos, sin fisuras, y consigamos de una vez por todas el por él tantas veces demandado Pacto por la Ciencia, que permita desarrollar acciones en el medio y largo plazo, sin estar supeditados a los ciclos electorales.

Muchas gracias, profesor. Aunque se lo repetíamos una y otra vez, gracias por su visión, talento, trabajo y entrega. La sociedad valenciana y española estarán eternamente en deuda con usted. Descanse en paz junto a su mujer y gran científica Frances Thompson.