El proyecto de ley española sobre la abolición de la prostitución, comprende no sólo la abolición y castigo del proxenetismo, sino también el alquilar de locales para que se ejerza la prostitución, así como a los clientes o consumidores de la prostitución, los mal llamados puteros, que todavía el mayor insulto entre españoles es decir hijo de puta.

La abolición de la prostitución, como su nombre indica, supone liberar a la mujer prostituida de la explotación de los proxenetas, considerando un delito el lucrarse de la prostitución ajena. En cambio, la prohibición es aquella persecución y condena de todo lo relacionado con el ejercicio del sexo mediante dinero excluyendo o no a las propias mujeres prostituidas. Todos los países que tienen una rigurosa prohibición de la prostitución suelen también prohibir la pornografía y la homosexualidad. Muchos de ellos son países profundamente religiosos como los islamistas, o integristas fundamentalistas como en muchos estados de EEUU (la mayoría aquellos que han prohibido el aborto en todos los supuestos), Filipinas o El Vaticano, Chile de Pinochet o España de Franco que perseguía a los homosexuales y prostitutas por la ley de vagos y maleantes. Otros son totalitarios como en los países comunistas, y aunque persiste en la realidad como en Cuba, no existen prostíbulos. Actualmente por un movimiento fuertemente feminista en países liberales como Suecia o Francia se prohíbe la prostitución condenando a los clientes o solicitantes.

Con motivo de esta discusión sobre la prostitución quiero recordar cómo en la antigua Grecia, se distinguía perfectamente las prostitutas o pornai que estaban en burdeles o en la calle y con gran número de clientes, sin ninguna consideración social equivalente a la esclavitud, y se diferenciaba de otro grupo de mujeres cortesanas llamadas hetairas que escogían a pocos clientes sexuales o incluso sólo uno. Las hetairas eran mujeres libres, generalmente cultas y refinadas, a diferencia de la mujer casada que sólo se dedicaba a su familia y a su casa, las hetairas participaban en la vida pública asistiendo a banquetes, discutiendo con los hombres, y algunas de ellas eran de tal prestigio que se seguían sus indicaciones y consejos. Los servicios de las hetairas no se componían exclusivamente de sexo, sino que también incluía la danza, música, y conversaciones sociales, políticas y religiosa, lo que exigía a estas mujeres un conocimiento profundo de toda clase de artes y ciencias que pudieran resultar interesantes. Incluso el sexo no constituía el núcleo de su atractivo, sino que eran famosas por su talento por brindar una compañía agradable, incluyendo las relaciones sexuales sólo de manera velada y personal. Las hetairas, como mujeres libres que eran, administraban sus ganancias por sí mismas, con lo que podían llegar a ser muy ricas. El escritor y poeta Ateneo las describe como capaces de "conversaciones hábiles y halagüeñas", así como "agudas" y "refinadas". Eran semejantes a las geishas del Japón.

Una de las más famosas hetairas fue Friné, de una belleza deslumbrante y que había sido modelo de pintores y escultores, y se la rifaban los poderosos de Atenas en sus reuniones. Pero un amante despechado, la denunció de que se reía de los dioses, por lo que fue acusada de impiedad, una falta imperdonable en la antigua Grecia, precisamente fue el delito por el que se condenó a muerte al filósofo Sócrates.

Durante el juicio fue defendida por un notable abogado, pero no pudo impedir que Finé respondiendo al tribunal, dijera que los dioses eran simplemente mitos, y que sus acciones eran cosas mágicas, fuera de la realidad, por consejo de su abogado ella se levantó y primero se descubrió los pechos y acto seguido se quedó completamente desnuda, oyéndose en la sala un ¡oh! de asombro y admiración. -¿Vais a permitir destruir esta belleza? Fidias la tiene como modelo de la diosa del amor Afrodita ¿vais a consentir privar a todos a los Atenienses de admirar esta estatua, no sería como una blasfemia? Acordaos de la norma de nuestros antepasados de que lo bello siempre tiene que ser bueno. Los que estén de acuerdo en absolverla, declararla inocente y puesta en libertad, que levanten la mano. Todo el jurado puesto de pie, levantó la mano.