Los actuales programadores de TVE se venden por un plato de lentejas. Están más interesados por ganar un punto de cuota de pantalla que por la coherencia. Lo último ha sido el tratamiento que han dado a las cuatro Historias para no dormir, que han decidido sacar de la nevera después de tanto tiempo hibernadas.

El primer chasco llegó cuando supimos que las iban a emitir como un maratón. En lugar de optar por la fidelización, que es lo que debe intentar un programador, y tratar de captar la atención de los espectadores durante un mes, los iluminados tuvieron la ocurrencia de programar después de Informe semanal las cuatro historias, cada una de autoría diferente. Perdiéndose de este modo el efecto que provoca el final de cada una de ellas, que se supone debe dejar noqueado al espectador. Si Chicho levantase la cabeza. Pero en TVE se creen, por lo visto, que sus espectadores consumen televisión como si se zambullesen en una plataforma, devorando capítulos y pasándolos a más velocidad de la normal, en lugar de saboreándolos con el tempo al que los han filmado sus directores.

Por cierto, en mi humilde opinión, después de visionarlos y para que vayan motivándose, los situaría en el siguiente ranking: Paco Plaza (Freddy), Rodrigo Cortés (La broma), Paula Ortiz (El asfalto) y Rodrigo Sorogoyen (El doble).

Pues bien, si el modo de programarlos en bloque no era un gesto suficientemente desdeñable, con motivo de la muerte de Olivia Newton-John en TVE no tuvieron mejor idea que la de levantar este estreno y sustituirlo por la emisión de Grease. No tenían otra noche libre (es ironía). Finalmente lograron su ansiado 13%, que era lo que perseguían.