Hoy en día apenas nadie de nuestro entorno nos llama al teléfono fijo y sin embargo no para de sonar. Tan poca fe tenemos en que nuestro interlocutor no nos va a querer vender algo, que si nos coge liados, ni siquiera lo descolgamos. De hecho, si vas a casa de alguien con 20 años menos que tú, no tiene teléfono fijo, por lo que está claro que es una especie en extinción, pero, en cambio, ¿por qué nos empeñamos en mantenerlo? Es como esa figurita fea que tienes en el salón, que ni sabes quién te la regaló, pero que ahí sigue. En su momento era señal de distinción social , al igual que cuando llegaron los móviles, que mirabas a la gente, hablando por teléfonos gigantes por la calle ,como si fueran extraterrestres

Estamos acostumbrados a recibir llamadas de compañías telefónicas que nos molestan a la hora de la siesta, para que nos demos de alta en su empresa, y ahora son las eléctricas las que han comenzado, aprovechando los vaivenes del precio de la luz, a intentar convencernos de que contratemos sus servicios. La pregunta es, ¿quién les ha facilitado estos listados de teléfono privados? Es evidente que aquí nadie hace nada ,no es un tema que preocupe a los políticos. Y, sin embargo ,no es legal acosar a los ciudadanos de esta manera. Siempre digo que cualquier día me daré de baja el teléfono fijo... pero nunca lo hago

Otra cuestión que odio es cuando llamas a cualquier centro público o privado y aparece un contestador robot que, tras explicarte que la conversación será grabada ,hablarte de la ley de protección de datos y decirte que si conoces la extensión la marques, te suelta:" todos los operadores están ocupados ,espere unos minutos o inténtelo más tarde". Eso sí, te has pasado un buen rato marcando números, asteriscos, para que luego la llamada se te corte. Y todo ello por ahorrarse un telefonista . Porque el robot te va a plantear una serie de opciones en las que no necesariamente va a aparecer la tuya... Me parece un desprecio absoluto por el tiempo ajeno, y lo triste es que, cuando sólo pierdes 2 minutos ,hasta te pones contento y todo. Y si te cabreas cuando te lo cogen, te dicen "tenga usted paciencia, caballero". Cualquier día pasaré tanto tiempo en espera que me olvidaré del motivo de mi llamada

Me recuerda a aquella ventanilla donde un oficinista nos decía "vuelva usted mañana, le falta una póliza " y seguía leyendo el INFORMACIÓN .Cómo cantaba Miguel Ríos, el teléfono es muy frío y las llamadas son muy pocas

Acabaré, amigo lector, con un dato cultural. Y es que los artículos de opinión enseñan y entretienen ,como el libro gordo de Petete. El teléfono lo inventó Antonio Meucci, que , debido a sus limitaciones con el inglés y sus dificultades económicas, (10 dólares, que supongo que en el siglo XIX sería un dineral)no pudo formalizar la patente. El jeta de Alexander lo patentó y se ha llevado toda la gloria. Y por su culpa, no puedo dormir la siesta.