La resistencia es el único programa actual que cuenta con un canal propio. Se emite en bucle, las 24 horas. Todo un logro para su hacedor, David Broncano, que supo rentabilizar al máximo sus recursos. Nunca un spin off de un programa de entretenimiento fue tan exitoso. Mucho más barato que Late Motiv, dio mayores réditos a la empresa contratante.

A mí nunca terminó de convencerme La resistencia. Una cuestión generacional. Para las entrevistas no es que se me quede corto, es que en ningún momento sintoniza mi onda. Insisto, debe ser un problema estrictamente generacional.

De ahí que la llegada de nueva temporada sin Andreu Buenafuente vaya a ser tan triste, tras habernos acostumbrado a estar cinco años en su compañía. Más que por los directores y actores que pasaban por el plató a promocionar las películas que se lancen en el Festival de San Sebastián, que también, lo echaremos de menos porque no acogerá a esos invitados con perfiles diferentes, como los medallistas del reciente Europeo de Atletismo. Las entrevistas que nunca serán entre Buenafuente y Mo Katir o Asier Martínez podrían haber constituido ese tipo de material televisivo de primera calidad del que tan necesitados estamos los espectadores de hoy. Desde luego, muy alejadas en tono y contenido de lo que resultarán caso de que las lleve a cabo a partir de septiembre David Broncano.

El sino de los tiempos, por desgracia, obliga a bajar el listón. No tenemos nada contra Daniel Broncano, hermano de David, gestor cultural, pero si comparamos la Semana de Música Religiosa de Cuenca de la que fue director artístico este año con las pasadas ediciones, evidenciaremos cómo esta laxitud es una característica generalizada.