El título nada tiene que ver con la obra de Tennessee Williams “Un tranvía llamado deseo” que llevada posteriormente al cine por Elia Kazan ganó cuatro Oscar. El parecido puede estar en la posibilidad de que en los recuperados estudios cinematográficos de Ciudad de la Luz pudiera rodarse otra película con este encabezamiento referido al ansiado ferrocarril entre el aeropuerto y las ciudades de Alicante y Elche.

El pasado 21 de abril el alcalde de Sevilla le urgió una vez más a la ministra de transportes la conexión por ferrocarril entre el aeropuerto de San Pablo y la estación de Santa Justa, añadiendo que no hay ninguna ciudad turística que no tenga conectado el aeropuerto con su principal estación ferroviaria. Aquí cabría interpretar que el alcalde hispalense no conoce Alicante o bien que no la considera ciudad turística. Lo cierto es que la ministra le recogió el guante, le contestó que asumía esa necesidad y que muy pronto su ministerio licitaría el estudio oportuno para esta operación.

Resulta que en 2019 el aeropuerto de Alicante Elche registró algo más de quince millones de pasajeros, consolidándose como el quinto de España, que ya lo venía siendo durante cinco años, tras Madrid, Barcelona, Palma y Málaga, en tanto que el de Sevilla contabilizó la mitad, alrededor de los siete millones. Pero como el alcalde sevillano parece ser muy “recalcitrante” y se lo recuerda a la ministra cada vez que se la encuentra, bien sea en una boda o un bautizo, esta se rinde y licitación al canto”. Aquí no somos tan recalcitrantes y así nos luce el pelo.

En los albores del ferrocarril el puerto de Alicante fue el primero de España en quedar unido con Madrid por esta nueva infraestructura toda vez que en aquella época este tenía más tráfico y era más importante que el de Valencia. Por tanto, a principios de 1858 la capital de España ya tenía puerto de mar y magníficas playas a golpe de tren, en tanto que a Valencia llegó un año y medio después. Sin embargo, siendo Alicante la ciudad y la provincia pioneras en figurar en el mapa de ferrocarriles, ignoramos el por qué con posterioridad quedaron sumidas en el más completo abandono por RENFE primero y ADIF después. Nunca se duplicó la vía entre la Encina y la capital, su electrificación no llegó hasta los años ochenta, esas mismas vías han separado durante muchos años barrios enteros de la ciudad como La Florida y San Blas, tenemos como estación convencional y de AVE un auténtico adefesio ( no confundir con la obra de Rafael Alberti), en tanto que otras menos importantes han sido soterradas, la estación de Benalúa dejó de funcionar en 1987 y allí siguen obsoletas vías incrustadas en Casa Mediterráneo e impidiendo la debida urbanización de aquella céntrica zona, el decimonónico apeadero de San Gabriel y vía por la costa, la desafortunada ubicación de la estación AVE de Villena, pendiente además durante nueve años de la construcción de accesos racionales a la misma, etcétera.

Sin ánimo de caer en un chovinismo localista o desmesurada exaltación de lo propio no deja de ser cierto que ésta provincia tiene cierta relevancia en el país, siendo la quinta por población, por PIB, por tráfico en su aeropuerto y también la cuarta y quinta en otros muchos parámetros. En consecuencia resulta difícil entender el por qué figuramos en la cola de los Presupuestos Generales del Estado, el porqué de un puerto importante en la mitad del siglo XIX hemos pasado a uno de los últimos en el ranking nacional, el por qué se cerraron en 1983 las líneas marítimas de Transmediterránea entre Alicante y Baleares, el por qué abandonó IBERIA nuestro aeropuerto y cerró sus oficinas de Federico Soto mientras sigue volando a Bilbao, Asturias, Santander, Vigo, etcétera, aeropuertos cuyo tráfico nada tiene que ver con el de Alicante-Elche, etcétera. Existen tropecientos porqués.

Sin duda que la dejadez, abulia, apatía, incompetencia y falta de “recalcitrancia” (perdón por el palabro) de muchas autoridades locales a través del tiempo han debido influir en tan calamitosa situación, Sangueta y barrio Heliodoro Madrona lo atestiguan, pero ¿ha tenido algo que ver en todo esto el hecho de que Alicante no haya sido cabecera de Comunidad Autónoma como lo son Oviedo, Santander, Logroño, Pamplona y Murcia? El ferrocarril aeropuerto-ciudad, señora ministra es en Alicante una imperiosa necesidad, tanta o más que en Sevilla. Entérese de una vez, y lo digo sin acritud y sin ninguna “recalcitrancia”.