Lo del AVE en Alicante empieza a oler a puchero de enfermo. En ADIF han debido pensar que en Alicante nos chupamos el dedo. La reiterada serie de desplantes, jugarretas, maltratos y actuaciones claramente discriminatorias con las que castigan a una tierra que les proporciona jugosos dividendos, con una de las líneas más rentables de AVE sólo superada por la de Málaga, lleva a pensar lo peor. Esos pingües beneficios sean, tal vez, los que causan el problema. Miren si no. La decisión de que la mayoría de frecuencias del AVE Alicante-Madrid quedaran fuera de Atocha se tomó sin tener en cuenta que es la línea de alta velocidad de la Comunidad con más pasajeros anuales, 2,1 millones. Pero esperen, que es que en ADIF no se cortan un pelo: no es que lo oculten es que lo dicen a las claras que en el factor tiempo de viaje, siempre ha ido por detrás la línea que une Alicante con la capital de España, pese a que sea la más demandada.  Por lo visto hay demandantes y demandantes. Siempre hubo clases para ADIF. También las ha habido para el Gobierno de Pedro Sánchez, un clásico en atenciones a la provincia. Cuando ha habido que repartir las ayudas al transporte, ¿adivinan a quién han dejado fuera? Por supuesto, ya lo saben. A nosotros. Media España se ha visto favorecida por esas ayudas, pero no Alicante. La de Alicante es una línea que deja mucho dinero, que pagamos religiosamente quienes vivimos aquí o quienes vienen aquí a pasar sus vacaciones. Para eso no hay ayudas.

La gota que colma el vaso es el anuncio realizado ayer de que la operadora Oiugo, cuya llegada se ha retrasado ya tres veces, no comenzará a operar en Alicante, como pronto, hasta el primer semestre de 2023. Nueve meses más de retraso  y adiós posibilidad de billetes baratos. Seguiremos pagando lo que a ADIF y su monopolio oculto le da la real gana. ¿Un problema general? No, por supuesto. Madrid, Barcelona, Zaragoza, Tarragona y en breve València tienen ya o tendrán en breve activo el servicio de Ouigo. ¿Y por qué Alicante no?  El AVE Alicante-Madrid, como el de Valencia-Madrid, tienen que llegar a la capital compartiendo una línea, la de Sevilla-Madrid, que no tiene el sistema de seguridad más avanzado, el ERTMS. A Adif esto le vale para explicar porque Oiugo no puede llegar a Atocha desde Alicante, pero cuando se le pregunta por qué en la otra línea que comparte el tramo con la línea andaluza sí es posible, no hay respuesta. Podían haber tenido un poco de previsión y adaptar antes el sistema más anticuado de la línea de AVE andaluza, sabiendo que llegaban los operadores privados de alta velocidad y que lo requerían. Pero esta adaptación no se decidió hasta 2021. Cuando hacer caja es lo único que importa suelen pasar cosas así. Si eso no es una discriminación como un tren, que baje doña Raquel Sánchez Jiménez, ministra del ramo, y lo vea.

 Y una cosa más:

La construcción alertó primero de que el volumen de trabajo que iban a generar la ejecución del Plan Edificant del Consell y las obras que se realicen con los fondos de la UE iba a desbordarles. Propusieron una formación acelerada de trabajadores jovenes para cubrir un déficit de, nada más y nada menos, que 10.000 trabajadores cualificados. El temor a no tener suficiente mano de obra se ha vuelto una certeza y ayer, a la desesperada, solicitaron al Gobierno que se abra a la posibilidad de recibir trabajadores inmigrantes para cubrir esos puestos. Los sindicatos también recordaron que una mejora en las condiciones laborales y salariales despertaría el interés de muchos. Recuerda a aquella lapidaria frase del presidente de EEUU, Joe Biden, cuando empresarios de su país le dijeron que había escasez de personal. “Yo tengo la solución” dijo Biden. “Páguenles más”.  

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