Utilizo el símil del título de la novela de Lewis Carroll, qué significaba una crítica a la sociedad del momento y un alegato a la infancia perdida. Me gustaría recordar hoy lo vivido en el Encuentro de Personas con Discapacidad realizado el pasado fin de semana en Pinoso por parte de COCEMFE, la Confederación de asociaciones de la provincia de Alicante.

Hace unos días terminé de leer el libro que presta título a este artículo y, si bien debo reconocer que en algunos momentos me costó su lectura, sí me sirvió para entender como a través de metáforas profundas el autor quería mostrar una sociedad inexistente pero deseada, al menos desde los ojos de una niña, Alicia. Debo decir que algo parecido me sucedió a mí, Laura, el pasado domingo cuando acudí a este Encuentro donde recibí la calurosa bienvenida de la concejala se Sanidad y Bienestar, María José Moya. La niña que algún día fui, recorrió las calles del pueblo desfilando con la banda de música como compañera y con muchísima gente alrededor, con y sin discapacidad, y sin ningún tipo de dificultad. Fue un día de convivencia excelentemente organizado, donde pudimos intercambiar opiniones, retomar viejas costumbres post COVID después de varios años sin poder realizar este tipo de encuentros que se realizaban anualmente, así como disfrutar alrededor de una mesa compartiendo los exquisitos manjares del lugar que cualquier persona que guste de la buena mesa, no se debería perder: embutidos del Pinós, Fasegures locales, ajos pinoseros con conejo y picat, o gazpachos con conejo y caracoles. Todo bien cocinado con el excelente aceite del lugar y regado con los espléndidos caldos de la zona. Y de postre, la inigualable perusa. 

Hicimos un recorrido por el pueblo conociendo algunos de sus rincones, acompañada de una una ruta literaria que nos acompañó durante todo el recorrido y que lleva el nombre de la poetisa más ilustre de Pinoso, Maxi Banegas que, además de prestar su nombre a un importante concurso poético, tiene dedicados excelentes poemas a su localidad natal.

Pero si algo debo destacar de ese día es la absoluta implicación de la sociedad pinosera en su conjunto para colaborar con ilusión, entrega y dedicación para que la realización de ese día fuera posible pues casi dos centenares de personas muchísimas de ellas con discapacidad física recorrimos el pueblo y pudimos disfrutar de innumerables actividades conjuntamente. Vimos las danzas típicas del pueblo, pudimos desfilar con la banda de música disfrutando desde nuestra silla de ruedas sin sentir ningún tipo de agobio. Fue una muestra de que LA INCLUSIÓN CON MAYÚSCULAS ES POSIBLE.

Y es posible gracias al ingente trabajo de las asociaciones de personas con discapacidad, de la implicación social de las corporaciones locales, en este caso de Pinoso, desde todas las asociaciones de toda índole que día a día se implican por mejorar la vida de otras personas. Como decía Rozalén en su canción “tienes en tus ojos girasoles y cuando me miras soy la estrella que más brilla”. Gracias por la labor que hacéis día a día.

El pasado sábado se mostró como la sensibilidad de todas las administraciones, local, autonómica y nacional junto a la implicación inconmensurable de las asociaciones de toda índole. Acudió al acto Fide Mirón, una referente nacional en el mundo de las enfermedades raras, alicantina de Ibi, para visibilizar y seguir luchando por un mundo donde la ciencia sea una prioridad. Hagámoslo posible todos los días y en todos los lugares. Ese es nuestro compromiso y en ello estamos.

La utopía está más cerca gracias a excelentes personas como Lázaro Azorín, su alcalde, y el magnífico equipo que conforman el grupo de gobierno del Pinós, que nos mostraron la importancia de no trabajar para la gente sino por y con la gente. Gracias a Antonio Ruescas, presidente de COCEMFE ALICANTE y especialmente a Lucía, anfitriona del lugar y presidenta de la Asociación Iguals i Sense Traves por hacer que Laura se sintiera en el pueblo de las maravillas. De las mil maravillas.