De jugada maestra. Sin más. Así se podría definir el anuncio hecho público este martes por el jefe del Consell, Ximo Puig, en el marco del debate de política general. En un momento en el que los partidos de uno y otro lado se encuentran enfrascados en una guerra fiscal encarnizada y en la que el debate gira sobre todo en torno a si hay que gravar más a los ricos o si, por el contrario, hay que eliminar el Impuesto de Patrimonio, va Puig y se convierte en la avanzadilla de la izquierda, tirón de orejas del Gobierno de Pedro Sánchez incluido. En un contexto de inflación galopante, con los tipos de interés encadenando alzas, los salarios contenidos y un horizonte, cuando menos, incierto, el presidente de la Generalitat anuncia una rebaja fiscal cuasi universal y democrática que afectará a todos los habitantes de esta Comunidad que cobran menos de 60.000 euros, lo que, a efectos prácticos, según los datos que maneja el Consell, se traduce en 1,3 millones de personas y el 97,4% de contribuyentes. Con el matiz, además, de que, al menos en la sesión de este martes, no hubo mención alguna a subir impuestos al resto que, en teoría, serían los que más cobran. Se quedan igual, lo que no es poco, cuando determinados sectores de la izquierda e incluso reputados expertos sostienen que lo que toca es que aporten más los que más tienen en estos momentos. Conclusión: nadie pierde, ganan todos. Eso sí, unos ganan más que otros. Para muchos, la rebaja fiscal apenas dará para unos cuantos cafés al mes, pero la victoria para Puig, al menos por ahora, es evidente. Se marca un tanto con una bajada tributaria para todas las rentas inferiores a 60.000 euros con una incidencia bastante limitada para muchos contribuyentes y también para las arcas autonómicas: en torno a unos 150 millones de euros. Con otra salvedad: el impacto será en diferido en el caso del IRPF. La campaña de la renta se cerrará a finales de junio de 2023. Para ese entonces, las elecciones ya deben haberse celebrado. Incluso es probable que ya haya Ejecutivo, repita Ximo Puig o haya cambio en el Consell.