Tenía una reunión con conmilitones en la que estos iban a aplaudirle incondicionalmente…porque es el jefe, y eso es mejor que mezclarse con la chusma. Ya si eso voy al Círculo de Economía o al Ecuestre o al Liceo, que hay aire acondicionado y el zumo es recién exprimido. Pero mezclarme con Quique que tuvo que emigrar por pretender que su hijo de 6 años estudiase un misérrimo y vergonzante 25% de sus asignaturas en español, no, eso no, que luego me tachan de fascista. Además estos tipos de inclinaciones menestrales y ordinarias tienen la tentación de, cuando te ven, darte la chapa con sus problemas. Cosa menor, propia de gente que desconoce las grandes líneas políticas que alumbran el resurgir del nuevo PP. Son personas de vidas tristes y reducidas que te amargan el día contándote el rollo de que a su hijo le hacían el vacío en clase y en el patio, que hasta le dejaron de invitar a los cumpleaños porque su progenitor (voy a usar un término igualitario no se ofenda también la amante de la libertad sexual de los menores con adultos, doña Irene) estaba con los ñordos que quieren acabar con el catalán; tipos vulgares que te dan la plasta con sus miserias pequeño burguesas y sus ridículas cuitas. Paletos que desconocen la singularidad de los territorios históricos con lengua vernácula (perdón propia) que han sido pisoteados por Franco desde hace más de 500 años y que te vienen con la monserga de que han tenido que abandonar su trabajo, sus amigos (los que les quedaban) y su vida para asegurar una cierta paz a su hijo de pocos años. Mira si son toscos que se van con los abuelos, como los gitanos. Bueno tampoco exageremos, en este caso es que al abuelo también le perseguían, como al nieto, y llamaban a la empresa donde trabajaba para que lo despidiesen por colono.

Estos individuos, como Ana de Balaguer o, ahora lo sabemos, la niña de Canet y su heroico padre Javier son la punta del inmenso iceberg de ciudadanos españoles que ven recortados cada día sus derechos, sus libertades y, en algunos caso, su seguridad. Que ven cómo les hacen apartheid a sus hijos, cómo les boicotean negocios y vida, cómo los señalan y amedrentan. Con ellos, los españolistas irredentos, las autoridades autonómicas, los profesores y muchos vecinos no practican el bilingüismo amable que usted propugna y que se caracteriza por ir primero a consolar y dar seguridad a los victimarios en lugar de las víctimas. Usted goza más en la moqueta corrupta de la oligarquía catalana que en el asfalto ardiente de la calle; quién se lo va a reprochar. Un bilingüismo amable que ha tenido como consecuencia que Cataluña y Galicia sean las comunidades donde el español está más proscrito en las administraciones. En EE UU puedes ver las indicaciones en los aeropuertos tanto en inglés como en español, pero en su comunidad, como no hay españoles, para qué ponerlo en los hospitales o en los juzgados.

Con ellos, los españolistas irredentos, las autoridades autonómicas, los profesores y muchos vecinos no practican el bilingüismo amable que usted propugna

Su bilingüismo amable es sancionar a un profesor por comunicarse en español dentro de su departamento o hacer campañas maoístas de 21 días sólo en gallego, para desintoxicar a los jóvenes del idioma común del país que pretende gobernar. Se lo voy a decir claro, es usted un gestor razonable y aplicado, pero también un farsante que dice estupideces tan del gusto nacionalista como que Galicia tiene más atributos para considerarse una nación sin estado que otros.

Estas ideas son muy similares, lo sabe, a las que forjaron el partido Nacional Socialista de Hitler. Por si no lo vio, el excelente diputado Guillermo Díaz de C’s, les recordó a los de Esquerra y el PNV sus vínculos con los fascistas de Mussolini (idéntica estética de camisas y cueros paramilitares, al falangista modo) y con el racismo más casposo y clerical del imbécil de Arana del que nadie ha renegado todavía. Porque, no lo olvide, el nacionalismo es una superchería retrógrada, antidemocrática y de tendencias violentas y usted, de momento, está con ellos, apaciguándolos, lamiéndoles la retambufa, preparando los pactos del día después del deseable desalojo de Pedro Sánchez. Y esta es la razón de que vaya a obtener muchos votos, él es peor. Sánchez, al que le da igual todo lo que no sea mantener el poder, acepta y promueve cualquier antojo de los separatistas si le dan un día más de poder y, encima, satisface a los adolescentes de Podemos con su agenda neocomunista y el horizonte bolivariano de ruina y autoritarismo que conlleva.

En este PP sin principios que defiende, prefiere amigarse con los verdaderos fascistas, co n los intolerantes, con los Tejero de extrarradio antes que enarbolar la Constitución, los derechos y las libertades y apostar por una España de ciudadanos libres e iguales.