En el reciente Debate de la Comunidad Ximo Puig ha prometido, entre otras cuestiones, que la Generalitat encargará un estudio para mejorar las comunicaciones ferroviarias de la Vega Baja y entre ésta y el aeropuerto de L´Altet. Recordemos que esta importante comarca, especialmente en su parte sur, se encuentra, a estos efectos, absolutamente aislada. Sería, por tanto, una buena noticia que se pudiera acabar con esta anomalía e integrar mejor dicha zona con el resto del País Valencià.

Es inevitable, sin embargo, que surjan dudas sobre la voluntad real de llevar a cabo tal proyecto. Estamos a poco más de siete meses de unas elecciones autonómicas. Anuncios de este tipo vamos a oír muchos, por los que mandan y por los que quieren mandar. Esta semana el PP ha recordado que, en 2005, Zaplana ya propuso algo parecido. Lo que no ha dicho el PP es que cuando salieron del Consell, en 2015, aún no habían hecho nada de aquella promesa. Y así vamos. Ahora es Carlos Mazón el que ha tomado el relevo en el tema de promesas. Le será difícil superar a Ximo Puig en este aspecto, aunque ya acumula alguna como el Palacio de Congresos de Elx.

Anuncios de este tipo vamos a oír muchos, por los que mandan y por los que quieren mandar.

La promesa del estudio de la conexión ferroviaria supondría construir una línea de tranvía que enlazaría Orihuela con Torrevieja y otra que, desde Torrevieja llegaría a nuestro aeropuerto, cruzando el término municipal de Elx. Lógicamente no hay plazos de ejecución, ni presupuesto, ni proyecto ni nada más que la palabra de Ximo Puig. Para muchos puede que sea poca cosa y, para otros, suficiente. Es una cuestión de fe. De mucha fe.

Tratándose de quién hace la promesa, el alcalde Carlos González se ha sumado a ella, declarando que debería tener parada en La Marina y L´Altet, dependiendo del trazado. Lógico. De lo contrario sería un viaje demasiado largo y, tal vez, aburrido. Aunque tiene su miga saber por dónde va a pasar en esas zonas, teniendo en cuenta los espacios naturales allí existentes.

Es llamativo, en todo caso, que nuestro alcalde apoye esta implantación del tranvía en la Vega Baja que ha propuesto Ximo Puig y no lo quiera en Elx. Tal vez haya que esperar a que el “President” lo proponga algún día aquí y, entonces, será una decisión buena y necesaria que el equipo de gobierno hará suya y la defenderá con la fe del converso. Mientras tanto, aquí no tendremos tranvía porque dicen que van a esperar a que la línea de cercanías se mejore (ni se sabe cuándo será, si se hace alguna vez y, además, son tráficos distintos) o, en todo caso, a poner unos autobuses de gran capacidad que prometieron hace unos años. Excusas de mal pagador.

Tal vez haya que esperar a que el “President” lo proponga algún día aquí y, entonces, será una decisión buena y necesaria que el equipo de gobierno hará suya y la defenderá con la fe del converso.

O sea que el tranvía, o TRAM como se conoce en la zona, aquí no se puede instalar y ni siquiera pedirlo. A pesar del éxito que tiene en Alicante ciudad y en su entorno metropolitano. O del que tiene en Valencia o en otras ciudades españolas. Hace pocos años se puso en marcha en Murcia, y en Granada, ciudad con una población similar a la nuestra y sólo en 2019 (antes de la pandemia), ha transportado 11.700.000 pasajeros con evidente éxito. Y, Cádiz y su bahía, está próximo a poner en marcha su tranvía metropolitano. Y financiado por la Junta de Andalucía, y especialmente por Europa, a través de los fondos FEDER.

Alumnos llegan en el TRAM a la Universidad de Alicante en el inicio del curso Alex Dominguez

Recientemente la UMH ha publicado, preocupada, los datos de la cantidad de viajes en coche que allí acuden. El parque empresarial de Torrellano, el de Carrús, etc., suponen el mismo problema. ¡Cuánto mejoraría el tráfico y la comunicación de sus barrios, en Elx, si el tranvía existiera y permitiera dejar de utilizar el coche privado!. Es incomprensible que una ciudad, que aspira a ser Capital Verde Europea, esté tan verde en este tema. Elx es una ciudad ideal para su implantación. Falta voluntad política, como en tantas cosas, para pedirlo y luchar por él. Es lamentable la pasividad actual en el tema. Una oportunidad que Elx está perdiendo sin saber por qué.