Las jovencitas del Colegio Mayor Santa Mónica minimizan los vejatorios y gravísimos insultos de sus vecinos los jovencitos del Colegio Mayor Elías Ahuja. ¨Es una tradición¨ dicen algunas, como si que te amenacen con violarte, e insultarte por ser el hecho de nacer mujer, estuviera normalizado en la sociedad… ¿Qué está pasando? La dirección del centro expulsa a los más "pringaos", y el tema está en las mesas de los contertulios y "expertos" de la mayoría de los programas de radio y televisión de nuestro país. Aquí yo misma, enfurecida al oír la voz ronca del impresentable que, convertido en líder de la manada, es seguido por los no más inocentes compañeros que le hacen de coro...

¿Quién enseña a los que enseñan para que tanto ¨niño bien¨ sea el mejor ejemplo de la realidad que aún vivimos las mujeres en el mundo, y aquí también? Hay por supuesto que escandalizarse, pero parece que solo se quieren evitar las posibles consecuencias económicas del Colegio, por si es que cayera en desgracia, y aún más desvincular los hechos con las familias, como si solo el alcohol (que también) fuera el eximente perfecto ante "los incorrectos" hechos en público, y no su ideología misógina.

"Putas, ninfómanas, follar…" son palabras que no suenan bien en una sociedad tan civilizada como la española (entiéndase desde la ironía). Resulta que según hacía yo hoy el recorrido habitual para llegar a mi casa, he vuelto a ver la bandera de mi país junto a los luminosos de uno de esos lugares en los que "violar pagando" está permitido, eso sí, bajo el epígrafe de hostelería o similar.

¡Y sí, lo uno tiene que ver con lo otro!

Es de considerar que Fiscalía tome cartas en el asunto, que así parece que lo hará, y espero que también lo hagan frente a sus "colegas" los jueces, que en infinitos casos han minimizado las agresiones sexuales a las mujeres y a la infancia, llegando incluso a culparlas por su vestuario o su ¨indefensión¨. Hay muchos ejemplos que no olvidamos, y en especial cuando esas "agresiones sexuales" se cometen dentro de la familia, y no solo no protegen a las víctimas, sino que se las sirven en bandeja a sus agresores. Trabajo tienen, y mucho.

Si la sociedad española se quitase alguna vez la venda de la hipocresía, y se pusiera las gafas moradas, como bien dice la Diputada de la Mujer de Segovia, Azucena Suárez (del Grupo Popular), tal vez las criaturas serían creídas, en vez de destruidas, y las madres que se atreven a denunciar, se convertirían en las protegidas, y no en lo que son ahora, las perseguidas por el sistema. Si eso sucediera las mujeres de mi generación, y las anteriores, podríamos, de una vez por todas, asegurar que lo que nosotras callamos no les ocurrirá a las hijas de nuestras nietas.

Por supuesto que hay que expulsar a todos los participantes del Colegio Mayor Elías Ahuja, pero no dejemos de preguntarnos quienes son los verdaderos responsables, y tal vez ellos sólo son la consecuencia de la pésima educación y ejemplo que les damos, y no olvidemos que serán los futuros periodistas, médicos, letrados, diputados, jueces, fiscales etc.…

Para que nadie se sienta aludido, y siga con sus fiestas de guardar, diré que tan solo soy una mujer, madre, abuela y periodista que intento a diario desaprender de mi propio machismo, y creo que la revolución será feminista o no será.