Necesitamos el silencio para convivir. ¿O imaginais a la gente contando en voz alta todo lo que piensan, pregonando a los cuatro vientos lo imbéciles que les parecen los demás? ¿O alardeando de lo idiotas que son? La civilización se basa en la palabra, pero gracias a la hipocresía, podemos cohabitar

La sociedad se mantiene gracias a alguna ficciones que damos por buenas, porque precisamos pensar que el arquitecto que nos va a reformar la casa es competente, y que el abogado que nos defenderá está muy instruido .El problema es cuando descubres, a través de las redes sociales, o de tu vecino del quinto izquierda, que el constructor es un alcornoque y el letrado, un zopenco

Nietzsche se preguntaba si nuestros amigos lo seguirían siendo si nos conocieran bien, y decía que todos nos sentiríamos mortalmente heridos si supiéramos lo que de verdad piensan nuestros amigos de nosotros

Cuando alguien te pregunta:¿cómo estás?, tú siempre contestas:" bien" .Aunque tal vez tengas una lesión en el pie que te está matando, padezcas insomnio crónico, o tengas un hijo drogadicto. Kant defendía que la verdad debe de estar por encima de todo, pero es evidente que no podemos soltar verdades a cualquiera con quien nos encontremos

Recordemos los audios que salieron hace un año del presidente del Real Madrid, criticando y ridiculizando a sus jugadores, o recientemente del presidente de la RFEF, hablando de la manía que le tenía a determinados equipos. Es evidente que hay que distinguir entre el discurso de un personaje público, y una conversación privada de esta misma persona. Estas barbaridades no las podían decir en voz alta, debido a su posición, pero, obviamente, son seres humanos, y los humanos nos desahogamos .No le haces daño a la persona criticada si lo haces en la intimidad, el problema es que se haga público

Y no te engañes, amigo lector, que ésto nos pasa a todos .Nos encontramos con un conocido por la calle, hablamos dos minutos con él, y , cuando se va ,le decimos a nuestra pareja : "este tío es un imbécil, por tal y por cual" .Estamos en un organismo público , aparece un profesional para hablar con el funcionario ,tienen una conversación aparentemente trivial, y, al irse , cualquiera de ellos empieza a despotricar diciendo que el otro es un anormal, o viceversa. Incluso quedamos a comer con amigos, y ,cuando se van, comentamos con nuestra pareja sus curiosas rarezas, lo mal que educan a sus hijos, los rácanos o despilfarradores que son , etcétera. Porque, reconozcámoslo, en la intimidad, todos criticamos a todos

Si alguien hubiera grabado nuestros comentarios durante 15 años, a saber que pensarían de nosotros nuestra familia, amigos y conocidos .Estaríamos más solos que la una, seríamos unos apestados

Me viene a la cabeza una escena de la película "Tristana", de Luis Buñuel. Don Lope(Fernando Rey)queda todas las tardes con un grupo de amigos en un bar, y un día, al llegar, les dice :'" Sigan sacándome tiras de pellejo" Los demás se escandalizan aparentemente, y él les explica:" pues cuando usted no está, don Zenón, bien que nos atrevemos a ponerlo en solfa" para decirle ,acto seguido, al que está sentado a su lado :"también contigo nos despachamos en tu ausencia, así que no sé por qué me van a indultar a mí". Si esto pasaba en el Toledo del siglo XIX, ¿que no va a ocurrir hoy en día?

¿Sigo yo este criterio de no decir una palabra más alta que otra? Consejos vendo que para mí no tengo. La verdad es que no, de hecho, mi madre me regaló un cartelito, que tengo en mi oficina ,escrito en italiano, que dice : "antes de abrir la boca hay que asegurarse que el cerebro está encendido". Un conocido me bloqueó por decir un par de verdades demasiado bruscamente, y es que algunos no estamos hechos para la carrera diplomática. Ahora bien, ¿alguien me va a convencer que la sinceridad es mala? Y, en cualquier caso, me escudaré en que soy la excepción que confirma la regla...

Terminaré con la canción de Sabina: "yo le quería decir la verdad por amarga que fuera ,pero ella prefería escuchar mentiras piadosas". Joaquín, yo creo que la gente acepta la verdad mejor de lo que ellos creen

Por cierto, ¡qué fantástico tributo a Joaquín Ramón Martínez Sabina vimos recientemente en el Teatro Principal! ¡Deseando verle en Mayo en la plaza de toros!