El pasado Miércoles 9 de Noviembre nos dejó Joaquín Santo Mata, insigne historiador alicantino y una de las personas que más y mejor ha trasladado a los alicantinos las características y la idiosincrasia de nuestra cultura y nuestras raíces. Porque la historia y la cultura de una provincia suele quedar en el olvido si no se le recuerda con detalle, maestría y saber transmitir. De ahí, que personas como Joaquín Santo sean personas de absoluta necesidad en una sociedad y cuya pérdida hay que lamentar profundamente, siendo de obligado cumplimiento el recuerdo en estas líneas de una persona que también utilizó las páginas de este Diario Información para transmitir a los alicantinos su conocimiento de la historia y cultura alicantina y permitirnos recordar esos pequeños detalles que están ahí, pero que son olvidados por ese enemigo lento y silencioso que es el transcurso del tiempo.

Joaquín transmitió, bien en artículos de opinión en estas páginas, bien en conferencias, su denso conocimiento de Alicante y sus tradiciones, así como su gran saber sobre los ilustres alicantinos que también nos fueron dejando cada día, y que si no es por alguien que los recuerda, como Joaquín Santo, se van quedando en ese tintero de la vida y la historia, llegando a ser “personas invisibles” cuando les llega la muerte. Sí, la misma que ahora le ha llegado antes de tiempo a Joaquín. Porque se nos ha ido precipitadamente a los 69 años con muchos artículos y conferencias todavía por escribir y dar. Por ello, han quedado en su cabeza muchos conocimientos que no se heredan ni transmiten a terceros, porque cabezas como la de Joaquín son difíciles de sustituir por su gran nivel cultural y de la historia alicantina.

Sería, pues, injusto, no recordarle a él en estas líneas y hueco de Información cuando Joaquín lo ha hecho en su vida de muchos alicantinos que, como él, hicieron más fácil que el conocimiento de nuestras raíces se contara y escribiera. Siempre quedarán, por ello, cortas las líneas que se escriban de Joaquín Santo cuanto tantas palabras y frases nos ha permitido a todos quedarnos con su saber y no dejar en el olvido nuestras tradiciones.

Tradicionalmente, le muerte de las personas les pasa a ser casi como “invisibles” cuando van pasando los días y se van quedando en el tintero del olvido. Y esto llega a ser injusto porque la invisibilidad “post mortem” es lo más injusto que sucede con quienes nos dejan, por mucho que hayan ayudado con su buen hacer en una provincia. Debería existir, así, una especie de lápida vertical en la que se fueran escribiendo a todas aquellas personas que, desde sus respectivos entornos culturales, sociales y de todo tipo, han aportado a una provincia para recuerdo perpetuo de todos los que pasen allí, y donde sus familiares, como su mujer Maria José, puedan ir allí cuando vieran para anular la “invisibilidad” que la muerte pretende provocar siempre en aquellas personas que nos arrebata. Y, desde luego, Joaquín Santo Mata, como otros tantos alicantinos, debería estar allí. In memoriam.