El diputado de la ultraderecha Víctor Sánchez del Real se lanzó a alabar la “hombría” y el “coraje” de su compañera de bancada Carla Toscano, con gran feminidad y desplante, añado. La misma vocera que momentos antes había denostado a la ministra de Igualdad, Irene Montero, por ser la ministra que más daño “ha hecho a los hombres”, con “el único mérito de haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Mismo mérito, el de la consorte, que debió ascender también a portavoz a Iván Espinosa de los Monteros; y, siguiendo la misma lógica de los oradores de Vox, es la valía- o la “hombría” y el “coraje” que calificó del Real- de la compañera de Santiago Abascal la que le habría llevado a liderar a la ultraderecha. Esto es parte de la lógica ilógica de la violencia política contra las mujeres: el coraje es propio de los hombres, los méritos de las mujeres son los de la seducción. La lógica ilógica chirria mas en la mentalidad machista cuando se carga al otro sexo. “La infamia no va contra Irene Montero, sino contra todas las mujeres de este país y también contra todos los hombres". "Las mujeres en España gracias a Dios, no llevamos el apellido del marido y lo que decimos o no decimos no está en función de con quién nos acostamos, a quien amamos, o de quiénes somos hijas” afirmó en el Congreso la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas. Claro como el agua.

Ayer era el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y en este periódico nuestra compañera, Victoria Bueno, recogía algunos datos del estudio realizado por el Centro Reina Sofía de adolescencia y juventud. Vivimos perpetuando la desigualdad de género por la distribución de papeles- concluía- que se inculcan desde la niñez como propios de mujeres u hombres. Uno de cada 7 jóvenes sigue teniendo una visión tradicional de la masculinidad. La presión social sigue marcando de modo significativo el modo de proceder de los jóvenes, señala el informe, reconociendo comportamientos machistas como rasgos definitorios; y a las chicas, les exige un esfuerzo superior en el trabajo o los estudios, por mostrarse fuertes, y atractivas, u ocultar la tristeza. Afortunadamente los jóvenes perciben la violencia de género como “un problema social muy grave”, de acuerdo con hasta el 87 % del total de los jóvenes”.

La violencia no es solo política es social, psicológica, y física. Los casi 1200 casos registrados en la Comunidad Valenciana no difieren mucho de los de antes de la pandemia, la mitad se refieren a violencia física y doscientos a violencia sexual. El Hospital Clínic de Barcelona ha publicado datos sobre agresiones atendidas en éste año: de las 556, el 90% son mujeres, más de la mitad menores de 25 años Un 53% son españolas 46,5% extranjeras que, sin embargo estas, tan solo son el 10 % de la población total. Lo que demuestra que el machismo y la violencia es mayor entre las inmigrantes. En España, la política por la igualdad de género, que se inició con el gobierno de Zapatero, ha ido calando, aunque lentamente porque implica un cambio de mentalidad. La Unión Europea que es muy remisa al tema, ha instalado- ahora- un teléfono contra el maltrato a la mujer. Es necesario que todos los partidos europeos eviten actos o palabras que inciten o causen daños físicos, sexuales o psicológicos a las mujeres o supongan aumentar la presión social machista. También deben ayudar a eliminar los obstáculos que impiden alcanzar la igualdad, y donde ninguna forma de violencia de género sea ya admitida. No se puede aceptar como violencia intrafamiliar, que dice la ultra derecha, esa no es mas que la receta para camuflar el machismo renuente y persistente en nuestra sociedad.

Además y principalmente, sin distracciones de Vox que valgan, en la misma sesión, en dos jornadas distintas, se aprueban: los terceros presupuestos generales del Gobierno de coalición; los nuevos impuestos a la banca, energéticas y grandes fortunas; y la proposición de ley, votada nominalmente a petición del PP, enmendando el delito de sedición. Esta vez se lo han currado a base de bien.