Fiesta

Quienes me conocen saben muy bien que, a pesar de haber nacido en “la millor terreta del món”, no soy muy fan de las festividades en ninguna de sus formas y colores. Sin embargo, debo reconocer que en este último año se ha producido un giro de 180 grados que ha modificado mi atención. Por primera vez, la discapacidad ha estado en el epicentro en la "nostra Comunitat" y quienes gobiernan, como diría mi amiga Juana Serna, se han puesto las gafas de la inclusión consiguiendo captar con detenimiento las necesidades de nuestro colectivo, en el ocio y particularmente en la fiesta. Como ejemplo voy a mentar sólo algunas de ellas aunque bien significativas.

Mis compañeras y compañeros del grupo socialista de Benidorm lograron poner en marcha una iniciativa en el Ayuntamiento por las que se implantaron determinadas franjas horarias sin ruido para que las personas con autismo pudieran disfrutar de la fiesta, también, a su ritmo.

Por otro lado, en la localidad alicantina de San Vicent del Raspeig nos hemos encontrado este año con la satisfacción de que en el 75 aniversario de su fiesta de Hogueras realizaron su edición más inclusiva. Han instalado códigos QR con la explicación de la foguera para personas ciegas y, además, lo tuvieron diseñado también en lectura fácil para que fuera accesible a todo el mundo. Todas estas novedades han sido noticia aunque quizás no deberían serlo. O sí. Lo positivo es que seguimos avanzando.

Sin duda la guinda del pastel este año nos la ha aportado el Cap i Casal con sus fallas ya que, por primera vez en la historia, una persona con discapacidad física ha sido elegida Fallera Mayor. Laura Mentgó, que así se llama la principal representante de las Fallas del 2023, ha venido a demostrar que se puede y se debe romper con los estereotipos pues en la sociedad cabemos todas las personas. Mi tocaya ha demostrado que una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo no debemos olvidar nunca que una de las funciones principales que debemos lograr, además de avanzar en derechos e igualdad de oportunidades, es tratar de hacer visible lo invisible para que que exista una mayor concienciación de la sociedad en su conjunto.

En ese tipo de acciones es una experta Noah Higon, esa chica que tengo el placer de conocer y que sufre siete enfermedades raras. Su cuerpo va a ser tallado en una falla para visibilizar a esos tres millones de personas que en España padecen una de estas extrañas patologías. Creo que va a ser acto impresionante en el fondo y en la forma y deseo agradecer a la falla Tres Forques la decisión de realizar un monumento de estas características. Noah, ya lo sabemos, es una ave libre, como ella misma se autodefine, pero vuela bien alto para poner las enfermedades raras en el mapa y en nuestro corazón.

Por todo lo dicho, debemos felicitarnos como sociedad porque, así lo creo, vamos avanzando. Tenemos que seguir esa senda imparable de hacer rutas accesibles y proyectar todo tipo de iniciativas que puedan implementarse para que todas las personas sin distinción puedan sentirse parte de las tradiciones de sus ciudades y pueblos, cuestión fundamental de nuestra cultura. El disfrutar del ocio en todo el sentido de la palabra, se resumiría con la estrofa de la canción de Serrat que da título a este artículo "vamos bajando la cuesta(...) que mi calle se vistió de fiesta". Sigamos vistiéndonos de gala en este ámbito y en muchos más y no solo hoy, que celebramos el Día Internacional de las Personas con discapacidad, sino todos los días y por siempre.