En pocas palabras

Correos se va

Los trabajadores concentrados ante el edificio de Gabriel Miró.

Los trabajadores concentrados ante el edificio de Gabriel Miró.

Antonio Sempere

Antonio Sempere

Parece que va en serio. Correos se va de la plaza de Gabriel Miró. En su lugar la Generalitat puede que instale algo relacionado con la Agencia de Innovación. Sigo sosteniendo que ese sería el lugar ideal para la ubicación de la Biblioteca Azorín. Parece que está diseñado para ella. ¿Habrá mayor innovación que la lectura?

Desde que entré en el edificio de Correos remodelado me parece que lo crearon para acoger la biblioteca que los alicantinos merecemos. Quiero que huela a inmueble nuevo. A libros. A vida. No a la inmundicia que desde hace décadas corroe esa biblioteca del Estado gestionada por la Consellería de Cultura.

Allí yacen en embutidos en cajas miles y miles de libros pendientes de traslado desde que en 2008 se aprobara su proyecto de rehabilitación integral. ¿Nadie ha reparado en ello? Libros que duermen el sueño de los justos. El traslado que propongo sería provisional, mientras el edificio del Postiguet estrena instalaciones se pone al día. Pero como todo en Alicante, como las estaciones de Renfe y de autobuses, sería una ‘provisionalidad eterna’. Los usuarios estaríamos tranquilos, sabiéndonos por espacio de una generación a cubierto, en un lugar digno y con garantías.

Es lamentable, hay que recordarlo una vez más, que la Biblioteca Pública del Estado (hay otras tres en la Comunidad, en Orihuela, València y Castellón) se encuentre en una situación tan deplorable. Que en lugar de ser un foco de atracción, repela; en vez de ser el gran polo cultural que toda gran ciudad posee, se haya convertido en una ventanilla donde los funcionarios se limitan a conjugar dos verbos: ¿para prestar o devolver? Pervirtiendo su función, ha dejado de ser el mejor lugar posible y confortable donde pasar las horas.