Lo escatológico

Antonio Sempere

Antonio Sempere

Hay que ver qué bien casa el humor con lo escatológico. Pocas veces he llorado de risa tanto en un teatro con un monologuista como lo he hecho con Luis Piedrahita cuando ha entrado a detallar con el ingenio que sólo él posee las vivencias que un hombre o una mujer pueden llegar a vivir dentro de unos minúsculos aseos públicos sin papel higiénico ni cerrojo.

Alfonso Arús no hace ascos a lo escatológico. Todo lo contrario. Lo fomenta porque sabe que gusta. Haciendo como que fastidia a sus contertulios habituales, aunque en el fondo, como nos ocurre a quienes le seguimos desde casa, no haga más que deleitarnos, viendo por la mirilla ese cúmulo de imágenes políticamente incorrectas.

En vísperas de Navidad ha llegado el momento de recuperar los vídeos más votados del año. En la liga del Aru Christmas todos merecerían ganar. Pero a mí hay uno que me parece desternillante. Lo mismo ahora que el primer día que lo vi. Se desarrolla en una carretera de Estados Unidos, donde la policía para a una señora por una infracción. Situación ante la que ella, ni corta ni perezosa, para justificar su negligencia, se baja los pantalones y defeca en vivo y en directo unos enormes zurullos ante la mirada atónita del agente. De ahí venía su urgencia.

Está más que demostrado que los resortes de la risa se reactivan ante situaciones como esta. Imagino a Piedrahita, aristocracia del género del monólogo, contando una anécdota semejante, y ya sonrío. Confieso públicamente que con Aruser@s, que para mí no es un programa despertador sino el espacio que veo de madrugada, antes de irme a dormir, lloro de risa muy a gusto. Un día reído es bien vivido.