Feliz Navidad, a pesar de todo

El señor Sánchez gobernará hasta el fin de la legislatura, aunque tenga que poner a España a los pies de los caballos

Pedro Sánchez, en la reunión de la Ejecutiva Federal en la sede socialista de Ferraz.

Pedro Sánchez, en la reunión de la Ejecutiva Federal en la sede socialista de Ferraz. / EFE

Antonio Colomina Riquelme

Antonio Colomina Riquelme

Un año más, a pesar de la crisis, el paro, los avatares políticos, las corruptelas, y todas las adversidades que atañen a esta sociedad, llegará el 25 de diciembre y todo el mundo, en mayor o menor medida, celebrará la Navidad. Las conciencias se removerán y habrá gente que quiera lavarla con alguna obra caritativa puntual con el fin de que no se le indigesten las ostras, el caviar iraní y el champán francés. Otros se las verán y desearán para poder pasar las fiestas sin morir en el intento. Los colegios y guarderías permanecerán cerrados a cal y canto y los padres tendrán que hacer encaje de bolillos para ver dónde colocan a sus pequeños mientras ellos realizan su jornada laboral. Estos días muchos abuelos tendrán que compatibilizar su lumbago con el cuidado de sus nietos.

Este año la tradicional cena familiar de Nochebuena se presenta algo más “conflictiva” que otros, a los ya habituales ‘roces’ entre hermanos, cuñados y niños, con las típicas miraditas, risitas y sarcásticas frases que van subiendo de tono a medida que el Rioja va haciendo de las suyas, se sumarán las opiniones sobre el gobierno de ¿coalición?

Los partidarios del señor Sánchez estarán pletóricos de satisfacción —como, por otra parte, es natural—. Los de la oposición atacarán, como también es natural. Ambos adeptos no deben preocuparse demasiado. El señor Sánchez gobernará hasta el fin de la legislatura, aunque tenga que poner a España a los pies de los caballos, y cuando llegue la hora de su relevo disfrutará de un dorado retiro, como todos sus predecesores. Cuando sea relevado, si esto llega algún día, que no tenga nadie cuidado alguno, no formará cola en las dependencias del INEM; a buen seguro que tiene preparado su sillón en el Consejo de Estado, ese lugar que es el ‘limbo’ político, donde se permanece en un estado de ingravidez perpetua. Si le preguntásemos a cualquier español qué cometido tiene un consejero de Estado, quienes forman ese consejo, y qué emolumentos percibe cada uno de sus componentes, seguro que nadie respondería ni una sola palabra. Es el lugar ideal para vivir bien sin que nadie te moleste.

En cuanto al lugar donde residirá el ínclito Sr. Sánchez cuando tenga que abandonar el palacio de la Moncloa, que tampoco se compadezca nadie, como ha defendido tanto la alianza de las civilizaciones, al parecer, se marcha a vivir a un barrio de inmigrantes, para eso es socialista, para dar ejemplo y vivir junto a los extranjeros sin despeinarse.

Pero tampoco quiero cargar las tintas contra los líderes políticos, al lado de ellos también existen “aves carroñeras” que hacen de la política una profesión muy lucrativa permaneciendo en ella hasta el infinito y más allá, solo tienen que adular al jefe de turno y así vivir opíparamente el resto de sus días.

Como reza el título de este modesto artículo: Feliz Navidad, a pesar de todo. Que la pasemos todos los mejor posible y nos acordemos un poco de aquel Niño que nació en un establo de Belén para cambiar un mundo que, el hombre, se resiste egoístamente a cambiar.