Opinions des d'Elx

Mucha tarea pendiente para 2023

El equipo de gobierno se lo está poniendo fácil, lamentablemente, a Pablo Ruz con tantas contradicciones y decepciones.

El alcalde de Elche, Carlos González, en un acto en Madrid

El alcalde de Elche, Carlos González, en un acto en Madrid / ALEX DOMINGUEZ

Joan Antoni Oltra Soler

Joan Antoni Oltra Soler

Se acabó 2022 y se hicieron los tradicionales balances de gestión en Elx. Para el equipo de gobierno, el resultado es magnífico. Nos han contado lo que han hecho (varias cosas) y las que dicen, otra vez, que piensan hacer (que son muchas más). Desde la oposición, el mensaje también es el tradicional: no se ha hecho casi nada y, en todo caso, ellos hubieran hecho más y mejor. Nada nuevo bajo el sol.

Este tipo de discursos es una faceta en la vida política, a todos los niveles, que se mantiene por estas fechas. Ya forma parte de las fiestas navideñas. Como los discursos del Rey y otras personalidades (todos parecen necesitar contarnos su versión de la realidad, aunque no siempre coincide con la que se percibe) y que, a fuerza de repetitivos y vacíos, pierden interés. Si en algún caso, y por error, nos repitieran el del año anterior, tal vez hasta pasara desapercibido por su escasa transcendencia real.

El alcalde Carlos González, en el que es su octavo balance navideño, al hablar de lo conseguido no sólo ha visto el vaso medio lleno, sino que lo ve que casi se desborda. La autosatisfacción lo embarga todo. No hay lugar para la autocrítica. Se resalta, lógicamente, lo hecho, aunque también lo que sólo está en sus inicios de tramitación, así como lo prometido e, incluso, lo sólo pensado y se le llega a adornar para parecer que ya está casi a punto de inaugurarse.

Un momento de la visita al barrio de Porfirio Pascual para anunciar la rehabilitación

Un momento de la visita al barrio de Porfirio Pascual para anunciar la rehabilitación / Matias Segarra

La rapidez en anunciar las intenciones inversoras contrasta, muchas veces, con la realidad tan lenta en su ejecución. Que llevemos más de una década hablando de la necesaria ampliación del Parque Empresarial de Torrellano y aún no esté finalizada su tramitación es todo un ejemplo. O que en la Ronda Sur no se haya avanzado un solo metro desde 2015, a pesar de que se nos anuncia todos los años. Por no hablar del edificio de Correos, comprado en 2018, cuyo destino final es toda una incógnita sobre cuándo estará disponible para algo útil. Con estos antecedentes, por no citar otros, es toda una aventura prever cuándo se ejecutarán actuaciones tan necesarias como las anunciadas para el barrio Porfirio Pascual. Por no hablar de proyectos como el que se ha dicho sobre un Palacio de las Artes Escénicas en Carrús o la regeneración del entorno del río, con agua depurada, y la rehabilitación del Molí Real para compensar la deuda por la UMH que tiene la Generalitat con Elx, desde hace más de 20 años. Vista la tardanza que tiene el Consell en desarrollar los proyectos aquí pendientes (véase, por ejemplo, qué pasa con el Centro de Salud del Travalón, con toda la urgencia que tiene), es para tomarse con cierta incredulidad tan rápidos anuncios sobre su puesta en marcha.

Es, en estos temas (por no citar otros, como la olvidada revisión del PGOU) donde se hecha a faltar alguna autocrítica por tan lenta tramitación. Parece evidente que se necesita mayor dedicación e impulso en los mismos.

EL alcalde escucha a José Navarro en el último pleno de 2022 en Elche

EL alcalde escucha a José Navarro en el último pleno de 2022 en Elche / TONY SEVILLA

Y, a todo esto, el candidato Pablo Ruz anuncia que el PP “está preparado para liderar la transformación en la ciudad”. Sólo faltaría que confesaran que no lo están, presentándose a unas elecciones. Y, además, ya tiene experiencia ya que entró de concejal en 2007. Aunque de la única legislatura en la que el PP ha estado en la Alcaldía (2011-2015) no haya buen recuerdo y su herencia más conocida sea su agresivo proyecto en el Mercado Central, del que aún colean flecos y que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a la ciudad. Si quiere ampliar su base electoral tendrá que desmarcarse de aquella época y aclarar qué significa “transformar” la ciudad y en qué sentido piensa hacerlo. Y que conste que el equipo de gobierno se lo está poniendo fácil, lamentablemente, con tantas contradicciones y decepciones.

En los escasos cinco meses que faltan a las elecciones, esperemos que se concreten los compromisos y voluntades de hacer cosas de todos los candidatos. Se necesitan cambios, pero para mejorar de verdad a todos y todas en Elx.