Esperando a Godot

Las danaides

Ahora lo pagamos con el corte del agua del Tajo-Segura y la terrible subida de precio del agua desalada. De nuevo los dioses nos castigan a nosotros por los pecados de nuestros políticos.

Concentración en Madrid esta semana contra el recorte del trasvase Tajo-Segura

Concentración en Madrid esta semana contra el recorte del trasvase Tajo-Segura / A. Pérez Meca - Europa Press

Daniel McEvoy

Daniel McEvoy

Existe una antiquísima leyenda griega que cuenta la historia de dos hermanos gemelos egipcios, Dánao y Egipto, hijos del rey Belo. Según ese mito, Dánao heredó el trono tras la muerte de su padre, pero su hermano Egipto se lo arrebató y el primero tuvo que huir a Argos, una ciudad griega del Peloponeso, de la que se convirtió, a su vez, en rey.

Se daba la circunstancia de que Dánao tenía cincuenta hijas, conocidas como las Danaides, y Egipto tenía cincuenta hijos, por lo que éste último, en un afán quizás de evitar futuros conflictos y de expandir sus dominios, forzó a su hermano gemelo a desposar a sus hijas con sus vástagos. Pero el padre de las novias las conminó a que asesinaran a sus maridos en la noche de bodas.

Todas obedecieron, salvo la mayor de ellas, Hipermestra, que perdonó la vida a su marido, Linceo (¡Lo que ocasionó que su padre la llevara a juicio por desobediencia!). Las Danaides enterraron los cuerpos de sus maridos y, según la leyenda, no recibieron un castigo por su execrable comportamiento porque fueron purificadas por Hermes y Atenea. No obstante, su crimen fue tan horrible que los dioses decidieron darles tras su muerte el castigo que no habían recibido en vida. Todas ellas, salvo Hipermestra, fueron enviadas al Hades y condenadas a llenar de agua vasijas agujereadas durante el resto de la eternidad. En cuanto a Hipermestra y Linceo, fundaron una estirpe que gobernó Argos y que alumbró personajes míticos de la talla de Perseo y Hércules.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / Alejandro Martínez Vélez - Eur

No es el de las Danaides el único mito griego en el que el culpable de un hecho atroz es condenado a realizar eternamente una tarea inane. En otro de ellos, el de Sísifo, que seguramente les resulte más familiar, el protagonista, un astuto comerciante que se da cuenta de que asesinando a clientes y viajeros puede incrementar sus beneficios, se ve impelido a empujar una pesada piedra por una empinada montaña, hasta que cerca de la cumbre la piedra cae rodando y debe empezar la tarea una y otra vez. Según otro, también muy conocido, el titán Atlas es condenado por Zeus, por haberse rebelado contra los dioses, a sostener sobre sus hombros la cúpula celeste; castigo del que fue redimido gracias, precisamente, a un descendiente de Hipermestra y Linceo, Perseo, quien, tras cortar la cabeza de la Gorgona, se la mostró a Atlas, que quedó convertido en piedra en ese mismo instante.

Muchas veces pienso que si los autores o los compiladores griegos de estos mitos hubieran vivido en la época actual, seguramente no habrían glosado las tareas inútiles de las Danaides, Sísifo o Atlas, no, esas leyendas se habrían visto eclipsadas por las que en la actualidad perpetran Pedro Sánchez, Ximo Puig y Carlos González en sus respectivos ámbitos de actuación. 

El president  Puig asiste a la toma de posesión del nuevo juez del juzgado privativo de Aguas de Orihuela esta semana

El president Puig asiste a la toma de posesión del nuevo juez del juzgado privativo de Aguas de Orihuela esta semana / Pep Morell

Comenzando por el presidente del Gobierno, al que los lectores habituales de esta sección saben que no profeso una especial simpatía, sus atrocidades se basan en sus calculadas contradicciones, pero el castigo de los dioses lo recibimos los ciudadanos. Empezando por su errática política fiscal y de gasto público, que ha convertido a nuestros bolsillos en una suerte de vasija agujereada, como las que debían llenar eternamente las Danaides. Doy ayudas al carburante, pero no bajo el IVA. Ahora bajo el IVA, pero quito la ayuda al carburante y gravo los plásticos para compensar el IVA que pierdo. Doy cuatrocientos euros a los jóvenes para comprar video juegos y ahora doscientos a las familias necesitadas; se supone que el paro baja, ergo por qué hay familias necesitadas (quizás porque los datos del paro están maquillados, llámenme quisquilloso, si quieren, pero no me cuadra que haya menos parados y más personas cobrando la prestación por desempleo).

Si los autores o los compiladores griegos de estos mitos hubieran vivido en la época actual, no habrían glosado las tareas de las Danaides, Sísifo o Atlas, no, esas leyendas se habrían visto eclipsadas porPedro Sánchez, Ximo Puig y Carlos González

El president del Consell es como Sísifo. Empuja la piedra cuesta arriba, no por nosotros sino por mantener su cargo, pero al final siempre cae rodando, por un motivo u otro, y acaba teniendo que volver a empezar. Ahora mismo está en una suerte de rebelión impostada ante el Gobierno para intentar salvar su sillón en unas elecciones autonómicas que se presumen reñidas. Igual que antes hicieron Lambán en Aragón y Garcia-Page en Castilla-La Mancha, ha marcado el teléfono de la Moncloa y le ha dicho a Sánchez: “Pedro, me voy a desmarcar un poquito, que ho tenim fotut, pero no te cabrees.” Pero Sánchez, que es muy malvado, no le ha perdonado antiguas afrentas y ahora lo pagamos con el corte del agua del Tajo-Segura y la terrible subida de precio del agua desalada. De nuevo los dioses nos castigan a nosotros por los pecados de nuestros políticos.

Ahora bajo el IVA, pero quito la ayuda al carburante y gravo los plásticos para compensar el IVA que pierdo.

Pero el mejor de todos es nuestro alcalde, un auténtico Atlas soportando la cúpula de los cielos y lo que le echen. Que nos quedamos sin tren: eso es una oportunidad y Elche será el referente de la provincia y del arco mediterráneo. Que no nos conceden la Agencia Espacial Española: bueno, pero quedamos segundos e hicimos una buena campaña. Que hemos convertido la calle del Ángel en la M30: pues ponemos un radar. Que Carrús sigue apareciendo como el barrio más pobre de España: es que hay economía sumergida. Perseo, por favor, vuela raudo hacia Elche con las sandalias aladas que te entregó el divino Hermes y muéstrale a Carlos González la cabeza de la Gorgona.