Tribuna

Orihuela sí le debe a Josefina Manresa

Josefina Manresa y Miguel Hernández

Josefina Manresa y Miguel Hernández

Joan Pàmies

Joan Pàmies

El 2 de enero de 1916 nació Josefina en Quesada. Vivió en Orihuela, desde 1927 a 1936, según nos contaba, «los nueve mejores años de su vida». Pude comprobar en diversas ocasiones, como acompañante, que en tu pueblo y el mío tenía buenas relaciones y era bien recibida por familiares y amigos.

Es obvio que Orihuela es conocida internacionalmente gracias a su poeta universal Miguel Hernández y al mismo tiempo esa deuda también la tiene Orihuela con Josefina Manresa. De no haber existido ella, no sabemos qué habría pasado con el legado del poeta oriolano. Pero sí que puedo afirmar, que gracias a ella se ha podido recuperar la vida y obra de su compañero del alma. Hemos participado durante décadas promoviendo, divulgando y publicando sobre el poeta oriolano y ha sido debido a que conocimos personalmente a su musa y esa cercanía cambió el rumbo de nuestras vidas, implicándonos en el quehacer hernandiano.

En 1987 fuimos atravesados por su ausencia pero queda en nuestra memoria las conversaciones que presenciamos con ella y con los compañeros de prisión, guerra y literatura de Miguel Hernández como Vicente Aleixandre..., con políticos, nacionalistas valencianos, cantantes, artistas, músicos, escritores, sindicalistas, hernandianos..., que constantemente pasaban por su casa ilicitana, Elx ha sido un icono para la difusión de la vida y obra del poeta.

Vivió la soledad, el abandono, la represión de la Dictadura. Su casa de Cox fue registrada en 1939 por Toni, funcionario de Cox y el franquista oriolano, Martínez Pacheco alias El Patagorda, su hermano José María colaboró con el policía Manuel Morell Rogel en la detención de Hernández en la calle Mayor de Orihuela el 28 de septiembre de 1939; el registro fue negativo pues Josefina tenía los escritos y libros de Miguel escondidos en casas de familiares. Durante todo el franquismo vivió, con mucha inquietud, escondiendo la obra del poeta, en algunas ocasiones participé en esa actividad. Ella no dejó nunca de pensar que en cualquier momento su casa sería registrada y el legado hernandiano podría desaparecer en manos de la policía franquista.

Miguel Hernández y Josefina Manresa

Miguel Hernández y Josefina Manresa

Se podrían citar numerosas presiones y actuaciones de todo tipo que sufrió Josefina, pero vamos a citar: -La del cura Luis Almarcha exigiéndole los poemas de su marido. -La sospechosa propuesta del oriolano José Martínez Arenas para que firmara un documento prohibiendo la publicación de Viento del Pueblo en España y en América. -Las propuestas de contratos leoninos, de exclusividad, de algunas editoriales que supondría la casi nula difusión de la obra hernandiana. Algunos cantantes se apropiaron de poemas de Miguel, firmando como autores o coautores.

Después de muchos años viviendo con carencias y recibiendo presiones de todo tipo, en sus últimos años de vida, la imagen de Josefina, la compañera y musa inmortal, va cobrando la fortaleza de los elegidos. La herencia del dolor hernandiano -dolor capaz de hundir a muchas personas- fue fielmente recogida por esta mujer, caminando con ella en sus trabajos y en sus días, sin desertar jamás del destino.

Siempre tuvo una gran memoria y los amigos le animamos para que sus recuerdos los escribiera y así lo hizo, publicó con su estilo propio, en 1980 en Ediciones de la Torre Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández. En esa obra escribe con amor y dolor detalles desconocidos para los biógrafos del poeta. Nos informa de los seres humanos y del ambiente de Orihuela, y esas aportaciones las hace desde dentro, pues ella lo ha vivido sola y con su Miguel y no desde fuera como lo escriben otros autores. Gracias a Josefina conocemos también anécdotas, historias y relatos que se contaban en Orihuela y podemos recorrer las costumbres, las fiestas, las prácticas religiosas, las formas de hablar, la política, lo social, la gastronomía, el mundo laboral, las viviendas, los vestidos, las calles de Orihuela, cómo era la casa de Miguel de la calle de Arriba en la que vivió el poeta a partir de los tres años. Sus recuerdos han sido de gran valor para que podamos ubicar en aquel tiempo y espacio la biografía y la obra de Miguel Hernández.

Por los amigos de Miguel y por él mismo sabemos que este empezó a interesarse por Josefina antes del primer viaje (1931) a Madrid. En cambio, ella nos cuenta en sus memorias que le estuvo pretendiendo desde el año 1933 hasta el 27 de septiembre de 1934. El 20 de enero de 1933 publicó, el oriolano universal, su primer libro Perito en lunas. Nos cuenta Josefina que «Miguel pasaba varias veces por la puerta del taller de la calle Mayor, en Orihuela, donde yo trabajaba de modista... la costumbre que había entonces era no admitir a un chico enseguida». El primer mensaje del enamorado no se lo entregó Fenoll a Josefina, pero el segundo escrito se lo dio el poeta doblado dos veces y se fue de prisa; contenía la poesía «Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo»; la había escrito a máquina y con la dedicatoria a mano para ti. En 1936 Miguel escribió El Rayo que no Cesa dedicado a Josefina Manresa, tal como lo dice él en sus escritos de marzo.

Josefina es la mujer mejor cantada y de Miguel recibió cerca de cuatrocientas cartas, se conservan 334. Se casaron en Orihuela en 1937 y tuvieron dos hijos, el primero, Manuel Ramón, falleció a los diez meses, el segundo, Manuel Miguel, murió tres años antes que ella. Fue la acompañante del poeta y en consecuencia percibió directamente en su propio ser los cambios de pensamiento de Miguel, y antes y después de la muerte del poeta, Josefina desarrolló una actividad constante para recuperar los escritos y la memoria de su marido, obteniendo el rico legado hernandiano.

Fue una mujer necesaria para que hoy se conozca la vida y obra de nuestro universal paisano. Orihuela le debe mucho a Josefina Manresa por recuperar la obra y vida del poeta y también el Ayuntamiento deberá pedir perdón a la familia Hernández Manresa por el maltrato dado al poeta durante la Dictadura por los alcaldes franquistas. Perdón que deberá la Corporación orcelitana hacer extensible a todos aquellos republicanos que también fueron repudiados y represaliados por los ediles franquistas.