Un pasado poco ejemplar

El rey Constantino de Grecia

El rey Constantino de Grecia / ARISTIDIS VAFEIADAKIS / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

Fernando Ull Barbat

Fernando Ull Barbat

El reciente fallecimiento del ciudadano griego Constantino, rey de Grecia entre 1964 y 1973 y hermano de la reina Sofía, ha vuelto a traer a la actualidad el recuerdo de la llamada Dictadura de los Coroneles cuya duración entre 1967 y 1974 trajo al país heleno un periodo de persecución a estudiantes, escritores y políticos demócratas que fueron objeto de encarcelamientos ilegales, torturas y privación de sus carreras laborales y que sumió a Grecia en un pozo negro que afortunadamente para los griegos no tuvo la misma duración que la dictadura franquista española.

Los antecedentes de la dictadura en Grecia fueron los habituales de la época. Me refiero a los golpes de Estado de Argentina, Chile o Uruguay. Es decir, intervención de EEUU y la existencia de un supuesto peligro para la patria de invasión comunista haciendo inevitable la instauración de una dictadura militar que durante su vigencia hacía lo único que sabía hacer: asesinar maestros, torturar a estudiantes, hacerlos desaparecer y encarcelar y asesinar a políticos demócratas. Lo mismo, por tanto, que ocurrió en España tras el golpe de Estado de 1936.

Meses antes del golpe de Estado en Grecia, el entonces rey Constantino II llevó a cabo contactos con agentes de EEUU y militares griegos acerca de distintas posibilidades de gobierno en Grecia que evitasen que la izquierda llegara al poder. En realidad buena parte de las tensiones políticas del siglo XX fueron debidas a que las clases dominantes, la oligarquía financiera y la Iglesia de turno en el país que fuera, se negaron a aceptar que la época medieval había llegado definitivamente a su fin. Impidieron por todos los medios a su alcance que la política permitiese a aquellos que llevaban siglos sojuzgados poder elegir por primera vez en la historia su futuro gracias a la llegada de la democracia.

El entonces rey Constantino no se opuso a los militares golpistas cuando el 21 de abril de 1967 se hicieron con el poder apenas un mes antes de la celebración de unas elecciones generales en las que el centro izquierda tenía serias posibilidades de ganar y formar Gobierno. Según Constantino lo hizo para que no se produjese un derramamiento de sangre producto de las tensiones que desde la derrota nazi y el fin de la ocupación alemana de Grecia se habían estado produciendo por el temor de la derecha a que la izquierda y los obreros se organizasen pidiendo el fin de la semi esclavitud laboral que imperaba en Grecia. Tiempo después de tomar juramento a los coroneles golpistas y de que se iniciase una cruel represión, Constantino intentó otro golpe contra el primer golpe no se sabe muy bien para qué. ¿Para que la democracia basada en los partidos políticos se implantase de nuevo en Grecia? Lo dudo. La experiencia demuestra que las monarquías europeas han intentado siempre seguir gobernando a cualquier precio impidiendo la llegada de la democracia apoyándose para ello en facciosos y en la Iglesia. Alfonso XIII se apoyó en Primo de Rivera para poder seguir mangoneando a su gusto y su hijo Don Juan intentó por todos los medios en los años posteriores a la guerra civil que Franco diera paso a una monarquía con una participación limitada de tendencias políticas (nunca de izquierdas claro). En la segunda mitad de la Dictadura de los Coroneles, Constantino y su familia abandonaron Grecia. Los militares les echaron por los intentos de Constantino de cambiar los coroneles por otros militares más afines.

Cuando por fin regresó la democracia a Grecia en 1974 los ciudadanos abolieron la monarquía y Constantino y su familia no pudieron regresar a su país. Se instalaron el Londres donde llevaron una vida de auténtico lujo. Cómo los cinco hijos de Constantino han podido llevar un nivel de vida tan elevado sin haber desarrollado carreras profesionales dignas de ser llamadas así es un misterio. Uno de ello estudió Relaciones Internacionales. Los nietos no se han cortado un pelo: son influencers y modelos. Viajan a lugares paradisíacos y exhiben sus vidas de lujo en Instagram. Jamás se les ha visto con un libro en la mano. Al ser familia de la reina Sofía, los Constantinos, (me refiero a la familia al completo) disfrutaron de innumerables veranos en el Palacio de Marivent, en Mallorca. Pagado por todos los españoles. Imagino que se pasarían las tardes sentados en el porche de la casa despotricando contra la democracia y la izquierda.

De la dictadura griega elijo recordar a todos aquellos que lucharon por la democracia y la libertad. Quiero traer a colación al gran escritor griego Theodor Kallifatides que tuvo que exiliarse a Suecia en los años inmediatos a la dictadura militar consecuencia de un ambiente político muy degradado ya por la irrupción de nacionalistas derechistas extremistas. Su libro Lo pasado no es un sueño (2021) es lectura obligatoria para los amantes de Grecia. También es justo recordar la película Z (Costa-Gavras, 1969) con guión de Jorge Semprún que cuenta el pistoletazo inicial del golpe de Estado de 1967.