El Indignado Burgués

El misterio de las diputaciones

Acto de clausura del bicentenario de la Diputación de Alicante

Acto de clausura del bicentenario de la Diputación de Alicante / PILAR CORTÉS

Javier Mondéjar

Javier Mondéjar

Me apuesto con ustedes un dólar de plata de Kennedy a que más de un 95 por ciento de todos ustedes no tiene ni pajolera idea ni de qué son ni para qué sirven las diputaciones provinciales . Me temo que hoy voy a ir a contracorriente, porque a lo mejor han oído que las diputaciones son muy importantes y que han cumplido dos siglos y qué buenas son las Ursuline’s Mother que nos llevan de excursión . Pero uno es así, no puede evitarlo y luchar contra la propaganda no es fácil.

Colecciono hace años frases que pronuncian personajes célebres, o bípedos normales, en el último trance de la muerte . Qué lleva a alguien a decir qué con su último aliento me obsesiona. Me alucina , y se la oí hace años , la frase que pronunció el padre de Joaquín Sabina al morir : “¿De dónde sacarán tanto dinero las diputaciones? “. Es absolutamente brillante, porque el padre de Sabina era policía y teóricamente su vinculación con la institución o era tangencial o no era en absoluto. Como para la mayoría de ustedes, supongo. 

No es mi caso, porque allí he pasado profesionalmente muchísimos ratos. Mi primer contacto con la Diputación se pierde en la noche de los tiempos y era presidente Luis Díaz Alperi que luego fue jefe mío, buen amigo y después… bueno, ya saben. El caso es que fui a entrevistarlo por no sé qué cosa a principios de los 80 siendo un pipiolo, y subiendo las escaleras de lo que entonces era un vetusto caserón, bastante mal iluminado, nada que ver con la actualidad , tuve la sensación de que desde edificios semejantes se dominaba el Mundo. En Alicante he conocido dos edificios así, el palacio provincial antiguo y la sede de la CAM en la calle San Fernando. Se olía a poder ahí. 

Ahora que se cumplen 200 años de la Diputación de Alicante no puedo dejar de compartir una frase que me dijo mi también amigo, también presidente de la Diputación y luego también jefe, Antonio Fernandez Valenzuela: “No te equivoques, Javi (odio el diminutivo pero él lo empleaba para joder y hay que ser rigurosos desde un punto de vista histórico), la Diputacion de Alicante es un portaaviones de combate”. Ya, claro, para quien lleva la gorra de capitán, le respondí.

Lo cual que vuelvo a recalar en el misterio de las Diputaciones que para algunos son el maná de los municipios pobres y para otros una fuente inagotable de clientelismo. Una cosa no está reñida con la otra, por cierto. Y es que si el poder no te sirve para generar más poder, mal político estás hecho. A ver señor, usted, el del fondo, que ya sabemos que los políticos sirven al interés general de la sociedad, ninguna duda hay sobre eso, pero no hay manera de servir si no ganas y no hay forma de ganar si no tejes una red de clientes: unos que te adoran por ser un semidios y otros que directamente dependen de ti para llevar una olla de judías a casa, y a veces hasta con chorizo, discúlpenme el chascarrillo.

He sido muy defensor de las instituciones intermedias, lo que no tengo tan claro es que la Diputación sirva ahora para algo en la España de las autonomías. Ya sé que en su argumentario los corifeos de las Diputaciones repiten y repiten que son el ayuntamiento de los ayuntamientos y están más cerca del alcalde de pueblo pequeño que los monstruos autonómicos. Cierto que la provincia, como ámbito territorial, económico y político tiene su razón de ser, especialmente en Alicante, tan huérfana de peso y poder. ¿Se justifica con ello su existencia? Pues, a ver, seguramente serían sustituidas con ventaja por mecanismos sin tanto boato , canonjías, diputados autonómicos , equipos interminables de asesores y sueldos monísimos.

En todo caso las voces que han optado por liquidarlas han sido rápidamente acalladas, quizá porque con tantos líos como tiene España a nivel de cohesión territorial, esto sería abrir un melón de consecuencias desconocidas. Y también porque, me apuesto otro dólar de plata (tengo varios) a que gobierne quien gobierne no acabará con un momio tan jugoso, fuente inagotable de contrataciones, trampolín inmarcesible hacia diferentes cumbres y pozo sin fondo de acomodos. Cuando estás porque la vida os sonríe y cuando no estás porque aspiras a las llaves de oro que dan acceso a bienes innumerables y millones para gastar en imagen o directamente en propagandas varias. Todo legal, por cierto.

Es curioso que en España arrastremos desde hace siglos capa tras capa de administraciones superpuestas, algunas que vemos y otras que son medio invisibles, pero que día a día son un dineral en sueldos de políticos y asesores. No digo yo que todas sean innecesarias, pero así por encima tienen parlamentos y mini parlamentos: Congreso, Senado, Cortes autonómicas o forales, Diputaciones y Ayuntamientos. Multipliquen por provincias, municipios y autonomías y verán lo que les sale. Yo, qué quieren que les diga, creo que no me merezco tanto.