Opinions des d'Elx

Llegan elecciones, ¿quién promete más?

La ciudadanía es, cada vez más, muy escéptica con promesas y campañas electorales. Los máximos responsables políticos deberían ser más rigurosos con sus compromisos y su gestión.

Carlos Mazón lleva a San Antón el pasado domingo en Elche

Carlos Mazón lleva a San Antón el pasado domingo en Elche / INFORMACiÓN

Joan Antoni Oltra Soler

Joan Antoni Oltra Soler

Parecía difícil que alguien pudiera superar a Ximo Puig y Carlos González en cuanto a promesas de hacer cosas en Elx. Han puesto el listón muy alto. Llevan muchos años en la “importante” tarea de prometer inversiones de todo tipo que, pocas veces, cristalizan. Es raro encontrar algo importante que no nos haya sido prometido.

Pero a todo hay quién gane. En poco tiempo, Carlos Mazón, presidente de la Diputación y candidato del PP a la Generalitat (aunque pocos lo sepan), se ha lanzado a la carrera por superar a nuestros clásicos prometedores, y lleva camino de superarles al ritmo cogido. De momento son sólo anuncios, como con los otros, y ya se verá si se hace realidad o en qué queda. Este domingo prometía la restauración de la imagen de San Antón y, además, la llevaba a hombros en la procesión, en todo un ejemplo de política de cercanía (especialmente con el santo).

Inyección económica

Pero es que, además, en muy poco tiempo ha prometido financiar la restauración de la Acequia Mayor del Pantano (en un estado lamentable); una importante y necesaria inyección económica a la Fundación Salud Infantil; un estudio para la implantación del tranvía (aunque esto lo lleva a ritmo de un tranvía parado); adquirir una sede para la Diputación en Elx (algo que ésta nunca se había planteado) y, por supuesto, financiar el célebre Palacio de Congresos.

La visita de Carlos Mazón a las instalaciones de la Acequia Mayor del Pantano

La visita de Carlos Mazón a las instalaciones de la Acequia Mayor del Pantano / Diputacion Alicante

Son actuaciones destacadas que, de ejecutarse, mejorarían Elx y, de alguna manera, nos compensarían ante la tradicional despreocupación con la que se nos ha tratado desde la Diputación. El problema está en ver si se llevarán a cabo o se quedarán en meras promesas, como las que nos hacen habitualmente sus contrincantes socialistas. Los antecedentes invitan a la duda: el estudio del tranvía parece estar en vía muerta y, en el tema del Palacio de Congresos, aunque se han aclarado cosas, en otras parece un partido de tenis, entre el Carlos de la Diputación y el Carlos local, por ver quién tiene más culpa de que el proceso de adquisición vaya tan lento, y todo ello sin contar los años que tardará su edificación.

Prometer, en política, es muy bonito, pero olvidarse después está muy feo. Los compromisos, si se hacen, son para cumplirlos. Y, si no, que se callen.

Prometer

Y recordemos que este Palacio ya nos lo prometió César Sánchez, su antecesor en la Diputación, en 2018, también del PP. Éste se fue a Madrid y nos dejó sólo la promesa. Pero es que Carlos Mazón también deja la Diputación para irse a Valencia. Esto de prometer cosas meses antes de dejar el cargo parece fácil de hacer y difícil de cumplir. Aunque a veces no hace falta ni irse para incumplir promesas: Ximo Puig nos prometió un montón de cosas para el edificio de Correos, también en 2018, y ahí está como si nada.

Tiene Carlos Mazón un difícil rival en Ximo Puig. Este se las sabe todas, aunque él tampoco es un novato. Su primer cargo político fue en 1999, con 25 años, cuando Eduardo Zaplana le nombró director general del IVAJ. Es concejal en Alicante, aunque también llegó a serlo en Catral, lo que demuestra su mucha experiencia.

En el tema del Palacio de Congresos, aunque se han aclarado cosas, en otras parece un partido de tenis, entre el Carlos de la Diputación y el Carlos local, por ver quién tiene más culpa de que el proceso de adquisición vaya tan lento

Faltan escasos cuatro meses para las elecciones municipales y autonómicas. Muy poco tiempo. Todas las encuestas hablan de que el resultado será muy reñido para la Generalitat, Diputación y Ayuntamiento de Elx. Las promesas que se nos han ido haciendo, desde estas instituciones, deberían concretarse al máximo para que el resultado electoral no influyera en su futuro desarrollo.

Escépticas

La ciudadanía es, cada vez más, muy escéptica con promesas y campañas electorales. Los máximos responsables políticos deberían ser más rigurosos con sus compromisos y su gestión. El desencanto ante determinadas actitudes, contradicciones e incumplimientos de sus programas electorales, unido a planteamientos populistas por parte de sectores de extrema derecha, puede hacer peligrar avanzar en una democracia más participativa e igualitaria, tan necesaria en nuestra sociedad.

Las promesas que se nos han ido haciendo, desde estas instituciones, deberían concretarse al máximo para que el resultado electoral no influyera en su futuro desarrollo.

Prometer, en política, es muy bonito, pero olvidarse después está muy feo. Los compromisos, si se hacen, son para cumplirlos. Y, si no, que se callen.