Ver, oír y gritar

Lo de Ayuso y sus amigos

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Marc Llorente

Marc Llorente

El endiosado Aznar y Rajoy, ese señor de los trabalenguas al que usted se refiere, hacen campaña a favor del PP, pretendiendo, como diría el segundo de los expresidentes del Ejecutivo, realizar «todo lo posible e incluso lo imposible si también lo imposible es posible» para vencer en las urnas. Domina bien el arte de la prestidigitación. Recuérdese la operación Caranjuez con una de las presuntas cloacas policiales al servicio de su brigada política contra Podemos. Batir al adversario (o al enemigo) a cualquier precio constituye la cultura democrática de quienes se sienten dueños y señores del cotarro.

Canonizan a Rita Barberá por la «persecución» que hubo contra ella siendo la «alcaldesa de España» en el paraíso del despilfarro y de la corrupción con aquel modelo faraónico de la Comunidad Valenciana. Y ahora vuelven a quejarse de que no tuvieran las manos libres para seguir en el lucrativo lodazal. Es la megalomanía de unos cuantos con esa fiebre que conduce, impunemente, a la mentira, la manipulación o la exageración a fin de lograr sus objetivos políticos. Así, las huestes populares manifiestan un grave trastorno de personalidad no superado.

La mancha no está limpia aún, pero Feijóo y toda su compañía de comedias no cambian. Recuérdese que Barberá (lamentablemente) falleció en noviembre de 2016 tras declarar como imputada en el Tribunal Supremo. El suceso quiso ser rentabilizado políticamente por su partido, y hoy siguen haciendo idéntica maniobra mientras digieren platos de arroz valenciano. Ahora bien, la «ilustre» estrella de cualquier pachanga popular es la presidenta de la Comunidad de Madrid con sus calenturientas obsesiones.

Gracias a su bondad ultraderechista, sabemos que la actual situación española es parecida a los inicios del holocausto con su criminalización, deshumanización y discriminación fomentadas desde el poder público y con los recursos del Estado. Es decir, el «maléfico» Sánchez no tiene límites en su manera de imponer un modelo dictatorial. Lo de Ayuso se supera a diario. Controla y contagia a sus más fervientes admiradores. Y cuando parece que ha batido el récord de la burrada, no es así.

El «libertario» discurso de esta señora consiste en contaminar todo lo que se escapa de su órbita política. «Gentuza», dice con su eminente actitud. Una deriva cuya misión es poner cortinas de humo y tapar las vergüenzas de su gestión con el progresivo desmantelamiento de lo público. Lo que es de todos. Solo ejerce el papel de títere de cachiporra, y otros aplauden el esperpento diario con sus crispaciones, simplezas, golpes de efecto y choques en sesión continua. La sombra del aznarismo y de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de Díaz Ayuso, late en esa tensada cuerda y en una permanente embriaguez e irresponsabilidad bajo el amparo de su presencia mediática.

La agresión contra el Gobierno central es la norma esencial de la casa. Un relato de ficción y polarización que la lideresa conservadora ofrece para deleitarnos. Esta es la actividad real de la presidenta en su teatrillo titiritesco. Porque la aportación de Ayuso no es otra. Juego sucio, mentiras compulsivas y nulas o pésimas aportaciones de un liberalismo oscurantista basado en barbaridades caricaturescas, en un patético victimismo y en defender a los más poderosos de esta tragicomedia. Ella (el PP) ha recurrido ante el Tribunal Constitucional el impuesto a las grandes fortunas…

Vean las ganancias multimillonarias de la gran banca. Lucro en exceso para unos pocos en tiempo de crisis y claros perjuicios para la mayoría de la población. ¿Estas son las ventajas de una economía de mercado puro y duro y la colaboración entre lo público y lo privado? Escalada de tipos de interés de los principales bancos centrales, hipotecas variables y más atributos que enriquecen a los de siempre, a pesar de la aprobación del nuevo impuesto para el sector financiero. Tope a las hipotecas pide Unidas Podemos, o solventar inconvenientes de las familias con apuros económicos. Ese es el debate. Se encarecen, además, la financiación al consumo y el préstamo para empresas.

En fin, dejemos tranquilos a los dirigentes empresariales. Que operen con libertad para que la sociedad avance. ¿Hacia dónde? El modelo económico estadounidense debe servir de ejemplo a Europa, que actualmente es un problema. Los empresarios tienen que crear riqueza con todas las herramientas necesarias, lo cual implica dejarles el camino totalmente libre y no poner ninguna clase de obstáculos. Nada de impertinentes reformas laborales y de salarios mínimos que se suben a la parra. No importa el aval de la Comisión Europea y de otras instituciones en favor del Gobierno de coalición.

La «acelerada transición energética» es inasumible, creen estos acreditados señores. Injusta, desordenada y no neutral. ¿A quién se le ocurre cerrar centrales de carbón? Como si el cambio climático fuese un engaño ideológico de los progres. Empréndase en verde, que buena falta hace. Pero ojo. La izquierda va «contra la evidencia científica». Y estas cuestiones favorecen el comunismo, a juicio de la insigne Díaz Ayuso. Naturalmente, la ecología es totalitaria. Va dirigida contra el campo y empobrece a la ciudadanía. La salud y el auténtico progreso llevan el emblema de las «ayusadas» nuestras de cada día y de sus amigos. ¿La pondrán los votos en el lugar que merece?