Si no es ahora, ¿cuándo?

Singularidad y excelencia

Por supuesto, el Misteri no es sólo música y arte. Es la expresión del alma de un pueblo, manifestación de su profunda devoción a la Virgen de la Asunción, orgullo por una tradición centenaria.

Una imagen del Misteri d'Elx, con la Virgen y las Marías

Una imagen del Misteri d'Elx, con la Virgen y las Marías / Matias Segarra

Como buena parte de mis lectores saben, yo soy ilicitano de adopción. Concretamente, llegué a Elche en 1997, para colaborar en la puesta en marcha de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Miguel Hernández, de la que fui el primer Decano. Y vine a Elche por primera vez, a entrevistarme con el Rector de la Universidad, Jesús Rodríguez Marín (en el antiguo Colegio Festa d´Elx, entonces sede provisional del Rectorado y que hoy alberga el CEFIRE), precisamente el 11 de agosto de aquel año. Después de aquella reunión, alguien me dijo que esa noche se celebraba el primero de los Ensayos Generales del Misteri d´Elx y me consiguió una invitación. Tuve así la suerte de ver el Misteri en mi primer día en Elche. Y –como le gustaba recordar a mi gran amigo Sergio Rodríguez, a quién se lo conté en alguna ocasión- esa noche me enamoré del Misteri, y por ende de la ciudad de Elche. Me pareció una impresionante obra de arte, caracterizada no sólo por una música preciosa, sino también por una escenografía brillante, cuidada hasta en los detalles más pequeños, y con gran espectacularidad, especialmente en los aparatos aéreos.

Por todo ello, quiero hoy aprovechar esta tribuna para felicitar a la Universidad Miguel Hernández, y en especial a la Cátedra Misteri d´Elx, por la acertada iniciativa de presentar la candidatura del Misteri d´Elx al Premio Princesa de Asturias de las Artes, que personalmente me ha llenado de satisfacción. Y estoy convencido de que el Misteri reúne todas las condiciones para obtener este galardón. Si los Premios Princesa de Asturias, en la categoría de las Artes, reconocen méritos extraordinarios en “la labor de creación, cultivo y perfeccionamiento” de las diversas manifestaciones artísticas, como indica el artículo 1 de su Reglamento, pienso que el modo en que la ciudad de Elche ha sabido preservar, cuidar, cultivar y perfeccionar una manifestación artística centenaria, que conjuga de un modo admirable la música y el teatro, es sin duda altamente meritoria. Es preciso tener en cuenta, también, la importante tarea que viene realizando desde hace años la Capella en la investigación y recuperación de piezas musicales antiguas, algunas de ellas estrenadas en los conciertos anuales de Navidad y Semana Santa o con ocasión de otras conmemoraciones, así como la labor de enseñanza musical de niños y jóvenes a través de la Escolanía y el Coro Juvenil.

Los ángeles van a coronar a la Virgen de la Asunción durante el Misteri d'Elx

Los ángeles van a coronar a la Virgen de la Asunción durante el Misteri d'Elx / AXEL ALVAREZ

Por supuesto, el Misteri no es sólo música y arte. Es la expresión del alma de un pueblo, manifestación de su profunda devoción a la Virgen de la Asunción, orgullo por una tradición centenaria. Es un patrimonio colectivo que los ilicitanos -de nacimiento y de adopción- sentimos profundamente nuestro. Pero, aunque intentásemos despojarlo de todos esos elementos -lo que en rigor no es posible, porque forman parte de su esencia-, y lo contemplásemos únicamente como una obra artística, sólo eso sería suficiente para reconocer su extraordinaria contribución al progreso humano y premiarlo con la distinción que ahora se solicita.

Quisiera, además, poner en valor un aspecto que me resulta particularmente cercano, y en el que el Misteri ha hecho un enorme esfuerzo en los últimos años: asegurar su accesibilidad para todas las personas con discapacidad. Se han reservado espacios accesibles para personas con movilidad reducida en la Basílica de Santa María, se ha traducido e impreso en Braille la guía de la representación, y se ha ofrecido interpretación en lengua de signos para las personas sordas. No es casual, pues, que entre las adhesiones recibidas a la candidatura, como se anunció el pasado martes en la Universidad Miguel Hernández, se encuentren las del CERMI -la plataforma más representativa en España de personas con discapacidad y sus familias-, la ONCE o la Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana. Este empeño por asegurar la accesibilidad de una obra artística es, por desgracia, todavía poco frecuente en nuestro país, y subraya con mayor fuerza la singularidad y excelencia del Misteri.

Un momento de la representación de la Festa, la segunda parte del Misteri

Un momento de la representación de la Festa, la segunda parte del Misteri / AXEL ALVAREZ

No sé si obtendremos el valioso Premio Princesa de Asturias. Confío en que sí, y pienso que sería muy positivo, pues contribuiría poderosamente a la proyección nacional e internacional de este singular patrimonio. Que es, en mi opinión, el reto más importante que el Misteri debería plantearse en el futuro. Hemos de lograr que salga de la ciudad de Elche, y que sea conocido por muchas más personas. Por supuesto, el Misteri sólo puede representarse en el lugar que fue creado para ello, la Basílica de Santa María. Pero quizás debería potenciarse la celebración de conciertos escenificados, tanto en las diversas Comunidades Autónomas como en otros países, que contribuirían a darlo a conocer y serían un reclamo para que nuevos visitantes vengan a verlo en Elche. Como lo es el Museo de la Festa: tengo la experiencia personal de que personas que han venido a Elche y a las que he llevado a ver el Museo de la Festa han venido después a ver el Misteri durante las fiestas de agosto, o en las representaciones extraordinarias de noviembre.

Desde luego, los mejores embajadores del Misteri hemos de ser los propios ciudadanos y ciudadanas de Elche. Hemos de sentir el compromiso de difundirlo y de traer a más gente a conocerlo. Y, para ello, el Patronato y las instituciones públicas han de poner todavía un mayor empeño en fomentar el conocimiento del Misteri por todos los ilicitanos, particularmente los más jóvenes, a quienes debemos acercar a esta tradición desde las edades más tempranas, pues conocer la cultura propia es un requisito indispensable para continuar preservándola. Estoy seguro de que el Premio Princesa de Asturias de las Artes será también un nuevo estímulo para esta tarea.