Entre acordes y cadenas

El machismo se extiende ¡Sálvese quien pueda!

El machismo repunta entre los jóvenes en Francia.

El machismo repunta entre los jóvenes en Francia. / Reuters

  Empiezo a estar ya cansado del bombardeo constante a que nos someten los contemporáneos moralistas. Sujetos que, empleando las distópicas técnicas orwellianas, pretenden introducir en nuestras conciencias determinadas ideas que, paradójicamente, ellos mismos no se aplican en su cotidiano proceder. Algo habitual, por otro lado, cuando se trata de predicadores de baratillo que, al finalizar su sermón, suelen dejarse caer por los oscuros lupanares a los que, minutos antes, han maldecido.

Su caballo de batalla es, de un tiempo a esta parte, el corrosivo machismo que caracteriza a todos los hombres (e incluso a algunas mujeres) que todavía se niegan a vestir de morado en los lúdicos encuentros de los fines de semana primaverales. Un machismo que, por mucho que lo intentemos, los hombres no podemos extirpar de nuestras almas corrompidas por causa de dicha condición.

Esto es lo que nos dice, con mucho maquillaje, el proyecto “¿Cómo el machismo marcó nuestra adolescencia?”, llevado a cabo por el Laboratorio de Innovación Audiovisual de Radio Televisión Española, también conocido como Lab RTVE. Un departamento de esta empresa pública que, según proclama su página web, tiene por objeto “buscar formas creativas y novedosas con las que contar historias”, siendo su finalidad “innovar, divertir e informar”. Todo ello con nuestro dinero, el de nuestros impuestos. Y más aún durante este año 2023, en el que se ha decidido incrementar un 10,5% el presupuesto de esta sociedad estatal, hasta los cuatrocientos noventa millones de euros, cuarenta y siete millones más que en 2022.

El proyecto es muy sencillo. Tan solo tienes que buscar su nombre en internet y, de inmediato, tu navegador te trasladará a su página de inicio. Y allí, sobre un fondo morado en el que, en blanco, aparecen dibujadas unas figuras antropomórficas entre Alaska y Radio Futura, encontrarás la pregunta clave. “¿En qué año naciste?”. De tú, por supuesto, porque el tuteo es progresista y el tratamiento de usted es conservador y reflejo de una época oscura.

Las posibilidades son muy amplias. Pueden participar todos aquellos nacidos entre 1962 y 2009. Ahora bien, elijas el año que elijas, la conclusión será la misma: el machismo ha influido en tu adolescencia y, por tanto, su veneno ya se ha introducido en tu interior. Eres un ser corrompido y sin remedio. Agacha la cabeza, baja los hombros, arquea tu espalda y deja caer una lágrima. Y luego, taciturno y arrepentido, pide perdón a quien nunca has ofendido.

Yo nací en 1988. Y claro, escribí esta fecha. Lo primero que aparece es Operación Triunfo, el cuerpo de Rosa, de la “Rosa de España” Europe’s living a celebration, Festival de la Canción de Eurovisión de 2002. Y un comentario: “La persecución de su gordura, el señalamiento de su cuerpo y la infantilización fue la tónica general programa a programa”. En esto se resume todo.

Lo segundo es el titular “Piernas impolutas”. Y una breve reflexión sobre el pelo en el cuerpo de las mujeres, que “siempre se ha considerado como un síntoma de dejadez y suciedad”. Tanto que, “en los anuncios, las mujeres se depilaban el cuerpo depilado y nos parecía normal”. Es decir, que depilarse las piernas es también un síntoma del machismo y, en consecuencia, la maquinilla de afeitar es, por su clara morfología fálica, un símbolo de opresión patriarcal.

Seguimos con la telenovela juvenil (mexicana, por cierto) Rebelde. Algo terrible. No por la criticable interpretación de sus actores y actrices, sino porque, según RTVE, no eran más que “mujeres adultas representando a adolescentes hipersexualizadas”. “El físico era imprescindible para tener éxito” y “los personajes estaban llenos de estereotipos sexistas”. Y es que, como todo el mundo sabe, los adolescentes de hoy en día, que han crecido adoctrinados con las nuevas verdades absolutas del feminismo radical, no piensan nunca en el sexo. No lamen helados con forma de vulva o de bálano por las calles de Madrid. No cuelgan fotos semidesnudos en Instagram. No se dejan entrevistar en YouTube por hombres adultos sobre sus preferencias sexuales. En resumen, los adolescentes de hoy en día son mucho mejores.

Los nacidos antes somos los malos, los machistas, los sin remedio. Mis amigos lo son. Los amigos de mis amigos lo son. Yo lo soy. El machismo es intrínseco a nuestra existencia. Nuestra ropa es machista. Nuestra forma de caminar es machista. El modo en que sujetamos el cigarrillo es machista. Y, por supuesto, nuestras relaciones sentimentales están basadas en el machismo porque, como algunas iluminadas dicen, el amor romántico es machista. A lo que yo me pregunto, ¿acaso existe otro?

Ya paro. Aunque para finalizar, dirigidas a todos los moralistas del mundo, sólo quiero recordarles aquellas sugestivas palabras que, en el año 2003, también en mi adolescencia, pronunció el gran Labordeta en el Congreso de los Diputados. Allí es donde deberíamos encaminarles. Y ya saben ustedes a qué me refiero.