¿Por qué hay cada vez más gente en contra de las macroplantas solares en Alicante?

Un grupo de vecinos de Biar mostrando una pancarta en una finca de almendras afectada por la central fotovoltaica Tendetes.

Un grupo de vecinos de Biar mostrando una pancarta en una finca de almendras afectada por la central fotovoltaica Tendetes. / INFORMACIÓN

Tomás Mayoral

Tomás Mayoral

¿Se ha preguntado en algún momento el Consell por qué cada vez hay más gente en la provincia de Alicante en contra de la instalación de macroplantas solares? ¿Le interesa saberlo o realmente la opinión de esas personas cuenta poco? En teoría, los defensores de estas macroplantes tienen el mejor producto del mundo para vender y convencer: energía solar limpia, descarbonización, lucha contra el cambio climático. Entonces, ¿por qué no cuela? Si ven el texto de una humilde pancarta que aparece en la foto que acompaña esta newsletter y que es la que ilustra la noticia sobre la oposición que ha generado en Biar la instalación de una macroplanta solar noruega (¿qué hace aquí una empresa pública de Noruega?) se lo explicarán todo, porque creo que no se puede resumir mejor: “Renovables sí, pero no así”. Vecinos, ecologistas, el Ayuntamiento de Biar y hasta la mismísima Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural y Emergencia Climática y Transición Ecológica, en una muestra de que Compromís quiere marcar distancias con el PSPV en este asunto, se oponen a que el muy ecologista gobierno noruego (ecologista si es su territorio, no el ajeno) ampare un proyecto que supone arrancar 125.000 olivos y perder una producción de casi medio millón de litros de aceite. Y lo peor es que estamos vendidos, ya que es una decisión que ni siquiera tomaremos en la Comunidad. El "monstruo" de paneles solares de 549 hectáreas que pretende asentarse sobre otros dos términos municipales aparte de Biar, Villena y Cañada, y que afectará a otros ocho municipios de la provincias, es competencia, por su capacidad de producción eléctrica, 172 megavatios, del Gobierno central. De sobra sabemos que, hasta ahora, el interés en aprobar macroproyectos solares en Alicante por parte del ministerio de Teresa Ribera ha sido inversamente proporcional al de mantener el trasvase. El de Biar es un ejemplo, pero pasa lo mismo en Agost, donde los vecinos han empezado a organizarse contra esta instalación, y en decenas de municipios de la provincia. La oposición a estas macroplantas tiene mucho que ver con la sensación, cada vez más cerca de ser certeza, de que estás instalaciones no son lo que nos cuentan. Lejos de su bondad incuestionable, se trata de grandísimas operaciones especulativas que no dejarán ninguna riqueza en las localidades cuyo suelo van a depredar sin miramientos, destrozando miles de hectáreas de suelo agrícola y causando un impacto altísimo y posiblemente irreversible. Justo lo contrario de lo que sus defensores, grandes empresas multinacionales de gran potencial económico pero de nulo interés medioambiental, defienden con el argumento multiusos de la descarbonización que preconiza Bruselas a cualquier precio. A ver si esto entra en campaña porque el debate será interesantísimo. 

Y una cosa más:

El acelerador lineal que ayer se puso en servicio y que se dedicará a los tumores cerebrales es uno de los más punteros tecnológicamente del mundo, capaz reducir a una tercera parte las sesiones que requerirán los pacientes y de tratar lesiones de menos de un centímetro. 

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