Las cosas que también importan

Josefina Manresa y Miguel Hernández.

Josefina Manresa y Miguel Hernández. / INFORMACiÓN

Toñi Serna

Toñi Serna

 “Vientos del pueblo me llevan,

vientos del pueblo me arrastran,

me esparcen el corazón

y me aventan la garganta..”

Miguel Hernández. El Rayo que no cesa: Vientos del Pueblo me llevan (1937)

El 28 de Marzo es el día escogido por la Comunitat Valenciana para el recuerdo y homenaje de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. El 28 de Marzo de 1942 murió en la cárcel de Alicante el poeta oriolano Miguel Hernández. También él fue una víctima. De esta manera, en la Ley 14/2017, de 10 de noviembre, de la Generalitat, de la Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunitat Valenciana, queda declarado el reconocimiento a las víctimas como uno de los momentos más tristes y trágicos de la historia reciente de nuestro País. A todo ello, no le es ajena, ni lo fue, nuestra tierra.

En estos años de Gobierno del President de la Generalitat Ximo Puig, el desarrollo y el fomento de las políticas de Memoria y Calidad Democrática forman parte de la agenda política desarrollada. Siempre se ha caminado de la mano de aquéllos y aquéllas que han hecho un ingente e incansable trabajo durante años y años: las Asociaciones de Familiares de las Víctimas. Gracias. Trabajar en la acción política que supone la Memoria Democrática no es fácil, es algo que no me canso de repetir. Son muchas las veces que me pregunto ¿qué conflicto puede generar en una sociedad democrática, basada en los derechos fundamentales del individuo, reconocer y reflexionar sobre la memoria histórica y colectiva de un pueblo?, ¿qué espacio de incertidumbre y desprecio genera interpelar sobre lo que somos, quiénes somos y quiénes queremos ser como sociedad, como seres humanos y como personas?. Debo confesar que no entiendo dónde está el problema.

En la vida es importante poder disfrutar de la libertad que acompaña a la Democracia. Desde la civilización griega no se conoce otro sistema de estructura política que sea mejor para la organización de las sociedades. Otros modelos ya ensayados en la vieja Europa de extremos intolerantes no nos aportaron nada bueno. Así que enraizar los valores democráticos debe formar parte de la acción política. En el preámbulo de la propia Ley de nuestra Comunitat, se aclara muy bien que la memoria es “la única arma efectiva que nos proporciona la democracia y el estado de derecho frente al mal irracional e incomprensible”, ¿qué hay de malo en esto?.

Nosotras y nosotros mismos, en el día a día, construimos la historia de nuestra sociedad. Conocer nuestra propia historia nos hace más libres y tolerantes. Conocer la verdad de nuestras vidas nos hace mejores y solidarios. Abrir el objetivo que enfoca nuestra trayectoria, nos permite vivir un presente mejor y preparar un futuro en el que los Derechos Humanos sean el eje de nuestra acción política y por ende nos incluya a todas y todos.

Por eso creo que, desde la reflexión profunda del sistema democrático, hay otras cosas que también importan a la sociedad. No sólo la descalificación o el intentar inculcar que se trabaja el pasado impregnado de revanchismo. Todo lo contrario. Tenemos por delante aún mucho trabajo por hacer. Estamos en deuda con nuestros abuelos y abuelas y también, al mismo tiempo, lo estamos con nuestros jóvenes. Las generaciones diferenciadas por la edad están conectadas por un hilo invisible que nos une y que no es, ni más ni menos, que la sociedad a la que pertenecemos.

La política debe ser útil a la sociedad en su conjunto y este gobierno ha tenido a las personas en el eje de la acción de gobierno desde el primer día. Si una sociedad no tiene una educación en valores profundos de respeto, tolerancia, solidaridad, verdad y libertad difícilmente tendrá un buen presente que le permita un buen futuro. ¿Cómo vamos a ser mejores si no queremos reconocernos y respetarnos a nosotros mismos y a nuestros propios orígenes?. Me cuesta entender que pueda haber algún problema en, de nuevo, conmemorar este 28 de Marzo desde el respeto y la tolerancia a aquéllos y aquéllas que un día, por motivos ideológicos, padecieron persecución, exilio, cárcel y hasta perdieron sus vidas. Sus familiares fueron señalados y estigmatizados. ¿Qué problema hay en incluir esto en lo que también importa? Dejo la respuesta en la mente de cada uno y de cada una. Porque respuesta la hay.

Miguel Hernández fue una víctima más de algunas de esas respuestas a mi pregunta. Pero su figura siempre va acompañada de esos y esas innombrables que, estoy segura hoy, el poeta seguiría junto a ellos y ellas. Defendería hablar de todo lo que importa, todo y una sociedad libre y democrática no puede mirar de perfil nada.

..Si me muero, que me muero

con la cabeza muy alta.

Muerto y veinte veces muerto,

la boca contra la grama,

tendré apretados los dientes

y decidida la barba..”