De RNE a «Erre-ene-e»

Un micrófono de radio.

Un micrófono de radio. / Pexels

Antonio Sempere

Antonio Sempere

En las últimas semanas nos ha llamado la atención la forma en que la Corporación ha decidido trasladar el mensaje a los espectadores de TVE para que escuchen la radio pública. La sorpresa deviene cuando la voz corporativa de la casa concluye su promoción invitándonos a que escuchemos «erre-ene-e», la nuestra, la de todos, la de siempre. Resulta sospechoso que a estas alturas se quiera eludir la marca Radio Nacional de España.

Por supuesto que el hecho de que se haya volatilizado el término Radio Nacional no obedece a la casualidad. Alguien que entiende de marketing habrá considerado que tanto las palabras Radio Nacional como España debían ser eliminadas de la campaña publicitaria. Conmigo, desde luego, no ha colado. La fórmula me ha remitido directamente al «ce-ce-o-o» que aquel desafortunado día pronunció Alfredo Urdaci en un informativo para olvidar.

Radio Nacional de España, dicho con todas las palabras, la radio pública, la radio sin publicidad y sin cuñas, la radio plural y de servicio público, se gana el prestigio día a día y programa, tanto en su emisora principal como en Radio Clásica, Radio 3 y Radio 5.

No hay que temer al EGM de abril. En un país ideal, RNE saldría muy bien parada en las cifras, pero por desgracia distamos mucho de vivir en un Estado donde se premie una radio que atienda la cultura, la diversidad, que no hable a gritos, donde las horas de emisión duren sesenta minutos. Que lo tenga bien claro el que inventó la campaña de la «erre-ene-e». No hay nada que ocultar: se puede seguir diciendo Radio Nacional de España, como siempre la hemos conocido, con la cabeza bien alta.