Tiene que llover

Hacerse entender

Mario Vargas Llosa, fotografiado en la Academia Francesa.

Mario Vargas Llosa, fotografiado en la Academia Francesa. / EFE

Francisco Esquivel

Francisco Esquivel

Estaba previsto que el IX Congreso Internacional de la Lengua Española se celebrara en Arequipa para mayor exaltación de Vargas Llosa pero últimamente no sé qué pasa que a Mario suelen cortarle el rollo. En este caso fue la disparatada intervención de Pedro del Castillo con la lectura de su decreto golpista la que dejó claro que aquello no estaba para recibir. Así que echaron un vistazo y consideraron opciones a la hora de discernir quién podría montar en tres meses lo que lleva tres años, quién tiene esa capacidad de síntesis, quién no malgasta tiempo ni palabras para hacerse entender. Y, claro, una ciudad que los fenicios bautizaron como Gadir; los romanos como Gades; los árabes, Qadis; los siguientes, Cádiz y a la que los parroquianos llaman «Cai» es que no tiene rival. Va al grano y ahorra lo que no hay en los escritos.

Vargas Llosa, impulsor de la edición en su país, no apareció por la Tacita y, para dar calor al certamen, los gaditanos cogieron a Felipe VI por banda, lo invitaron a tocar el cajón que se trajo desde Perú Paco de Lucía, aquel lo colocó entre las piernas y se sintió como un rey poniendo de relieve que en el diccionario falta la alusión al instrumento por si la rae quiere darse por enterada.

El foro más importante de reflexión sobre una lengua hablada por 500 millones de personas en el mundo se ha celebrado en tiempo récord y ya se ha clausurado. Qué mejor además que dar opción a los estudiosos de zambullirse en unas calles donde para enfatizar una afirmación se echa mano de una triple negación. O sea, «no ni ná». Y además no hay ningún sitio más preparado para hacerle frente al campeonísimo de los idiomas como es el inglés sin arrugarse y sí todo lo contrario. Valgan dos muestras. De la expresión «at looking doing» se ha extraído «al  liquindoi» con tal de dejar claro que uno anda alerta, ojo avizor. Y «what’s your name» origina «guachisnai», que contiene no una sino dos acepciones: extranjero y un tipo corriente. Francamente quién da más.   

Suscríbete para seguir leyendo