Tribuna

Dos décadas después

Siguen igual de vivos los retos que dieron origen a la Asociación de Empresas Turísticas de Elche

Vistas del Palmeral de Elche

Vistas del Palmeral de Elche / ANTONIO AMOROS

José Vicente Castaño

José Vicente Castaño

Ayer, 23 de abril se cumplió el vigésimo aniversario de la Asociación de Empresas Turísticas de Elche (AETE). Fundada en 2003, con una veintena de empresas, tuvo como motivación principal el Plan Estratégico de la ciudad Futurelx, que ya desde 1998 apostaba por impulsar firmemente este sector y en cuyas conclusiones echaba de menos una organización representativa en la ciudad.

En estos 20 años, la ciudad ha evolucionado notablemente. Se ha pasado de un parque de tres hoteles (dos de ellos inaugurados apenas unos años antes) a una planta de más de una docena; de una ciudad con un turismo incipiente y casi íntegramente dependiente de negocios e industria, a otra con una mayor diversificación en la que empieza a cobrar mucha importancia el turismo cultural y sobre todo el de reuniones; de una gestión esencial, de empresas familiares, a la plena presencia de grandes empresas especializadas de ámbito nacional o internacional; de una comercialización casi nula (limitada a la presencia en ferias) a la activación de estrategias mucho más completas y eficaces.

Ya contábamos con las dos primeras declaraciones de Patrimonio de la Humanidad, se había creado en 2001 el Instituto Municipal de Turismo –en 2012 se cambiaría a VisitElche–, y acababa de inaugurarse unas semanas antes el Centro de Congresos. El momento era idóneo para fomentar la colaboración entre los distintos actores locales involucrados en la industria turística y propiciar el crecimiento adaptándose a los cambios constantes en el sector turístico y a las demandas de los visitantes.

Con la presidencia inicialmente de Carlos Bosch (2003-2009, 2013-2014), posteriormente de Carmen Pérez (2009-2013), María Teresa Orts (2014-2017), Esther Guilabert (2017-2022) y ahora de Rafael Blanquer, la asociación ha trabajado incansablemente para mejorar la calidad de los servicios turísticos en Elche, para consolidar su posicionamiento como un destino turístico de referencia en la Comunidad Valenciana, y para poner en valor el rico patrimonio histórico, cultural y natural de Elche y todos sus recursos turísticos.

Dos décadas de trabajo

En el haber de AETE en estas dos décadas se encuentran, entre otras muchas cosas, la creación del Elche Convention Bureau (con muy distintas etapas de diferente éxito) para comercializar la ciudad como destino del turismo de congresos, convenciones y ferias; la recopilación y estadística mensual de los datos de ocupación hotelera local; la promoción de más de quince ediciones del concurso de tapas Destápate; la organización de un buen puñado de jornadas y seminarios, la participación en decenas de ferias y muestras sectoriales o la constante reivindicación sobre las carencias y deficiencias de algunos servicios esenciales para el turismo local. Pero quizá el logro más importante ha sido la creación de sinergias entre las empresas turísticas locales y el diálogo y la interlocución con las instituciones públicas, de muy diverso signo en este periodo.

Dos décadas después siguen igual de vivos los retos que dieron origen a la Asociación de Empresas Turísticas de Elche. Entre ellos, resulta imprescindible, precisamente ahora que llegan elecciones, lograr el compromiso de todos los partidos para que el Plan Estratégico de Turismo, recientemente aprobado y consensuado con el sector, sea el primero (de los tres en los que se ha participado en estos 20 años) que se materialice en su integridad. Alineándose con ese Plan, será muy importante que se consignen para la promoción turística local presupuestos realmente dignos y acordes con la dimensión y categoría de la ciudad (tres Patrimonios de la Humanidad, Marca Turística de la Comunitat Valenciana…) y similares a los de ciudades de igual tamaño y consideración; y que se incentiven de forma efectiva las inversiones en materia turística en todo el municipio.

También será un reto mayúsculo liderar la transformación que el sector va a tener que asumir, cuando se materialice, la construcción del nuevo Palacio de Congresos. Porque no solo habrá que planificar su diseño y funcionalidad (de forma inteligente y sostenible) sino cómo redimensionar la capacidad alojativa y de servicios para poder atender a reuniones tres o cuatro veces más grandes que las actuales. Y mayor reto aún, conseguir que se planifique y se ponga en funcionamiento un sistema eficaz de comercialización turística de la ciudad, que permita sacar todo el provecho posible a esta nueva infraestructura y pueda colocar a Elche como un destino atractivo para el sector MICE.

Confiemos en que, con el apoyo de los gestores políticos que vengan, estos retos puedan verse superados y pronto lleguen otros. AETE, y los empresarios turísticos de la localidad, deberán seguir siendo un aliado imprescindible para el futuro del turismo en su ciudad: hay trabajo para muchas más décadas.

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