Perianes, cuando "habla el poeta"

Javier Perianes, durante el concierto celebrado en Alicante

Javier Perianes, durante el concierto celebrado en Alicante / Ángel Luis Juste Foz

Justo Romero

Justo Romero

SOCIEDAD DE CONCIERTOS DE ALICANTE. Javier Perianes (piano). Obras de Wieck-Schumann, Schumann. Brahms y Granados. Teatro Principal de alicante. 24 abril 2023 

Javier Perianes ha regresado a la Sociedad de Conciertos de Alicante. Y lo ha hecho, en esta séptima visita -la primera fue en 2007-, con un programa denso, intenso y repleto de exigencias para el intérprete, pero también para el público. Repertorio y pianismo sin concesiones ni fáciles demagogias. Con una primera parte que penetra en el corazón de ese trío irrepetible formado por Clara Wieck, su marido Robert Schumann y el amigo de ambos, Johannes Brahms. Variaciones de Clara sobre un tema de Schumann, de Schumann sobre un andantino de Clara, y de Brahms sobre Schumann. Un «cruce de caminos», de afectos, amores y admiraciones, completado en la segunda parte con la luminosidad tornasolada de las Goyescas de Granados. Perianes, desde su propio yo, penetra y revive sus seis páginas en una visión que mira de frente y sin reojo a las cumbres admiradas de Alicia de Larrocha.

Perianes utiliza sus privilegiados medios técnicos, su control sin límite del teclado y sus sonoridades, para convertirlos en servidores de una sensibilidad caudalosa, plena de estilo y comunión con la partitura. La fidelidad es absoluta, como también la imaginación desbordante que impregna todo. Cortan el aliento los pianísimos extremos, tan próximos al silencio absoluto y tan marca de la casa; tanto como el canto ligado, sus fraseos y esa manera de decir y expresar que emana del corazón y esquiva cualquier retórica. Como decía Alicia de Larrocha, no son las manos las que tocan, sino la cabeza. ¡Y el alma de artista!

Desde el alma y el talento reconstruyó de vida las nada desdeñables ni menores series de Variaciones que en 1853 compone Clara sobre la primera de las Bunte Bläter (Hojas de colores) que su marido compone entre 1839 y 1849. Luego, las Quasi Variazioni que Schumann integra como tercer movimiento de su apenas tocada Tercera sonata, opus 14. La delicadeza extrema se funde aquí con el aliento de Clara y los dedos regidos por el «poeta que habla» enunciado por Schumann en sus Escenas de niños y hoy rehabita en Perianes. El universo sin reglas del creador del Carnaval opus 9 encuentra el mejor hábitat en el arte del artista onubense.

Como el de Brahms, cuyas Variaciones sobre un tema de Schumann, de 1854, figuran dedicadas a Clara, encontraron verdad, perfección y sentidos. Aquí, el equilibrio, la forma y la raigambre clásica preñada de intenso romanticismo se aliaron con el universo querido, entrañable, tan distinto y tan cercano, del amigo que por entonces ya andaba internado en un sanatorio psiquiátrico, con la mente definitivamente perdida. El arte de Perianes se sumó a todos en este abrazo de variaciones, estilos y personalidades, para convertir el trío en cuarteto. Fusión ideal de creación e interpretación. En Alicante, en su cincuentenaria Sociedad de Conciertos, Clara, Robert y Johannes habitaron tanto en el arte de Javier como este en la música de ellos.

Y después, tras la pausa, Goyescas, obra cumbre de Granados, pero también del pianismo español y universal. El artista onubense regodeó las musicales miradas a Goya con su pianismo polícromo, con ese sentir y latir de los pulsos, de los cantos y los ritmos populares estilizados por el schumanniano libre que tanto admiró Granados. Enfatizó coplas, realzó acentos y se adentró en el misterio de la Maja, el fondo popular de El fandango de candil, el guiño chulesco de Los requiebros, el secreto sombreado de Coloquio en la reja o la narración dolorosa y dolida de El amor y la muerte. Caudal de emociones, remembranzas y bellezas. El silencio absoluto de la sala explotó en entusiasmo tras el epílogo de la Serenata del espectro. Luego, fuera ya de programa, el «cruce de caminos» se tornó viaje de ida y vuelta, con el regalo del Intermezzo opus 118 número 2 de Brahms, con el que Javier Perianes, el cuarto del trío, respondió a tanta emoción, a tanto entusiasmo. Inolvidable. En verdad.